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También se consultó a las lectoras si alguna vez se habían realizado el autoexamen y el 44,6% respondió que sí, pero el 55,4 dijo que no.
Camila Miranda, ginecóloga y obstetra del hospital Público Materno Infantil, involucrada en la movida que se realiza en ese centro médico público para generar actividades preventivas, explicó: "Nosotros promovemos que las chicas, a partir de los 20 años se empiecen a hacer el examen de las mamas". Y agregó: "Esto lo que hace es concientizar a las mujeres, que tienen bajo riesgo, de que en su momento se tienen que hacer los estudios indicados. Es decir, hacerse la primera mamografía a los 35 años. El autoexamen sirve para que cada uno conozca sus senos y sepa que no son un adorno".
Miguel Escudero, oncólogo y jefe del servicio del hospital San Bernardo destacó: "Es difícil, aunque no imposible detectar un tumor de un centímetro o menos en un autoexamen. La mujer debe comprender que el autoexamen de ninguna manera desplaza, posterga o mejora la chance de una detección temprana de células malignas o de un tumor".
Los médicos explicaron que no todas las lesiones o patologías de las mamas son sinónimo de tener células malignas. Mencionaron que esas células a veces tienen un tamaño menor a un centímetro y solo se las puede detectar a través del estudio específico, que es la mamografía. Se sabe que la mamografía detecta células malignas desde un tamaño de 2 milímetros.
El mastólogo José Saravia Toledo del hospital Arturo Oñativia contó, desde su experiencia en el consultorio, que son muy pocas las mujeres que se realizan el autoexamen mamario.
"Se ha demostrado que el autoexamen no reduce las tasas de mortalidad por cáncer de mama, sino que ayuda a mantener a la mujer en vigilia o a estar atenta al control mamográfico, que es lo importante", dijo. Sobre los errores que las mujeres cometen o piensan sobre el autoexamen mamario, Saravia Toledo destacó: "Piensan que con el autoexamen están cubiertas y muchas no lo realizan bien" (Ver infografía y video en la web de El Tribuno sobre autoexamen mamario).
Antonia Zalazar es una vecina de la ciudad, tiene 59 años y le diagnosticaron el año pasado células malignas en su seno derecho. Contó que el diagnóstico surgió luego de practicarse una mamografía. Antonia es el tipo de paciente que tiene voluntad y optimismo. Pero reconoce que si bien siempre fue de hacerse sus controles ginecológicos y las mamografías anuales, nunca le preguntó al médico por el autoexamen.
"A mí nunca me explicaron nada del autoexamen. Creo que tenía mucha vergenza. No sé si era por el respeto del profesional hacia mí o el miedo mío de preguntar. Antes había mucha menos información que ahora", expresó.
En su caso no podría haber detectado esas célula a través de la palpación porque eran muy pequeñas.
"Eran microcalcificaciones, son como granitos de azúcar. Sucede que a veces están agrupadas o dispersas como un reguerito, formando un caminito en la mama", explicó Clara Martínez, técnica de mamografías que está a cargo de la Unidad de Imagenología mamaria en el hospital Materno Infantil en conversación con El Tribuno.
"No se puede palpar. No produce dolor ni molestia. Era algo muy silencioso lo que yo tenía", contó la mujer, que el próximo 28 de octubre se realizará la última sesión de quimioterapia y con ella terminará su tratamiento oncológico. "Mi caso es ejemplo de que las mujeres tienen que estar más que atentas. Es esencial que se hagan la mamografía, año tras año cuando les indique el médico", alertó la vecina.
El diagnóstico de Antonia se dio en octubre de 2014 y ya atravesó dos cirugías, sesiones de radioterapia y está por terminar las sesiones de quimioterapia. "Estaba con mucho miedo, asustada por no saber que tenía cuando me dijeron que me iban a operar. Pero yo doy mi testimonio para que otras mujeres estén atentas, no tengan miedo de hacerse los estudios y sigan adelante", sostuvo en compañía de su hija Angeles, de 20 años.