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Laberintos humanos. James Bond

Jueves, 12 de noviembre de 2015 19:33
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Laberintos humanos. James Bond

En esta novela inédita, que versa sobre la vida de Isidoro Cañones, el satánico taxista ve que el tránsito le tapona su paso. Siente la sirena de una ambulancia y, cuando los coches se corren para darle paso, se cuela tras ella, comenzando una carrera que debía parecerse a alguna del también mítico James Bond.

Persiguiendo a la ambulancia, Isidoro descubre, para su pánico de cobarde, que el taxista saca un arma por la ventanilla y empieza a dispararle a la ambulancia, que zigzaguea raspando puertas hasta estrellarse contra un poste de luz. Isidoro, en la resaca de la mañana, se baja junto al taxista para ver en qué estado quedó el chofer.

Lo ven con la cabeza caída sobre el volante y la herida de un balazo en la frente. Isidoro ve que el conductor de la ambulancia tiene en sus espaldas las alas blancas de un ángel, se vuelve hacia el taxista y le ve un gesto de sonrisa y hombros alzados. Luego le dice una frase que no recuerdo.

Eso que el taxista le dice es donde comienza la verdadera trama de esta novela. Haberlo olvidado es ya no poder reconstruir esta novela nunca publicada de mi amigo, pero recuerdo que algunas páginas después el pacto maligno se lo ofrece una mujer. Una mujer enferma de SIDA que, por los años en que mi amigo escribió este libro, era aún una sentencia de muerte.

Esta mujer le ofrece su amor, le advierte que lo contagiará y, a cambio, le heredará una fortuna incalculable con la que podrá vivir, el tiempo que le reste, en la mayor de las comodidades. El protagonista acepta.

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