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Amenazas y más deudas: las jugarretas al final de un extenuante año electoral

Sabado, 14 de noviembre de 2015 00:22
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Fue una semana intensa, propia de un final de campaña que concluirá con la extenuante seguidilla de elecciones primarias y generales, provinciales y nacionales, que poblaron este 2015. La previa al balotaje del próximo fin de semana y al debate presidencial previsto para esta noche entre Macri y Scioli, concentran la atención de la gente en el país, aunque la matanza terrorista en Francia todavía horroriza a la opinión pública.
Pero la recta final de este proceso también mostró localmente nerviosismo e intolerancia y desnudó las ya tradicionales posiciones pendulares y contradictorias a las que nos tiene acostumbrado nuestra dirigencia política.
En el ámbito municipal hubo que poner en práctica un sistema "de alertas" y operativos de distracción para evitar que el escándalo se magnificara luego de las declaraciones del secretario de la Cooperadora Asistencial, Eduardo Cattáneo, quien amenazó con impedir la asunción del electo intendente de la ciudad, Gustavo Sáenz.
"No es fácil tocarle el orto a Eduardo Cattáneo; que toquen a cuatro, cinco empleados... no es fácil... No va a asumir Gustavo Sáenz si me toca el culo a mí. Que lo tengan claro, yo toco el pito y tengo a dos mil personas que no se van más de la Municipalidad. No asume Gustavo Sáenz", manifestó en un tono tan procaz y vulgar, como antidemocrático. Lo dijo en una arenga a los empleados de la cooperadora y, como suele ocurrir con las bravuconadas, siempre aparece la providencia de un aparato que graba una charla o toma una foto en el momento preciso.
Urtubey anuncia el fin de los aprietes y de la política vertical, pero sus legisladores, risueñamente, siguen respaldando nombramientos de la Cámpora.
Ante el impacto nacional de las declaraciones, el gobernador Urtubey se vio obligado a brindar garantías para un traspaso de poder ordenado en la municipalidad capitalina, pero no se supo de sanciones ni reproches hacia el verborrágico Cattáneo, quien por esta horas evita las apariciones y declaraciones públicas.
Pero ¿cual es el trasfondo de este escándalo? ¿Qué significan realmente las palabras de Cattáneo? La vulgaridad de sus declaraciones no merece más análisis que el de una frase desafortunada y propia de un puntero sin mayores diplomas que la que otorga el manejo de una caja millonaria.
Mas allá de una arenga, las palabras de Cattáneo demostraron seguridad en lo que dice: está dispuesto a evitar un traspaso ordenado en el municipio y esta seguridad demuestra también el poder de manipular a los empleados con los fondos que le son propios a la tarea asistencial de la cooperadora. Una vez más, el manejo de la billetera se relaciona directamente con los aprietes de la política y con ese particular método de gestión, al que el propio Urtubey le puso fecha de vencimiento.
Efectivamente el escándalo se produjo justo en la semana en que el gobernador Urtubey hizo una recorrida por los canales porteños, como seguramente lo hará en esta jornada, para anunciar "el fin de los aprietes y de la política vertical, y el comienzo de una nueva etapa de diálogo", aunque sus legisladores nacionales risueñamente sigan respaldando en el Congreso los nombramiento de la Cámpora. Casi una burla.
Pero sin desenfocar el tema del manejo de la caja y los fondos públicos con fines políticos, es inevitable mencionar la intención del gobierno provincial de sumar más deuda con la emisión de letras del Tesoro por un valor de 450 millones de pesos que tendrán a la coparticipación como garantía.
Previamente la provincia se había endeudado con la colocación de otros títulos para obras de agua y saneamiento y antes de eso el famoso Fondo de Reparación Histórica, en el 2012, tuvo como meta destinar dinero obras de infraestructura en los municipios.
Se colocaron títulos, con garantías de regalías de los hidrocarburos, por 185 millones de dólares, que terminaron convertidos en $973 millones. Aún hay proyectos que no se terminaron. El tiempo pasó y en el recálculo de los costos por la inflación, se diluyeron los controles y el destino específico de ese importante monto de dinero, que se gestionó justamente en plena campaña electoral.
A medida que se aproxima un nuevo período de gobierno nacional y provincial, varios síntomas se hacen evidentes sobre los manejos de dinero en las cuentas públicas. No se habla de crisis, pero los municipios la están temiendo, sobre todo porque no hay fondos frescos, las obras no aparecen y el gasto de planta política se incrementó. Alguien tendrá que pagar la fiesta.
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