Sufrimiento

Sufrimiento

¡Buen día! El sufrimiento es un visitante que no pide permiso para entrar. Simplemente lle­ga y se instala. "Un día nos llega a las manos la encomienda indeseada; nos llega como muestra gratis, como algo que no fue pedido. Es el dolor que arrasa nuestro jardín, que invade sin permiso nuestra casa; y nos explota hasta el final, sin pena ni piedad. Va absor­biendo nuestra savia hasta las raíces. ¿Qué hacer? ¿Ce­rrar la casa y aislarse en un cuarto oscuro, esperando que llegue la muerte?". Son preguntas formuladas por J. B. Alves en su librito 'Amaneceré mejor', que recomien­do. Dice después: "No preguntes el porqué de tus sufrimientos. ¿Por qué?... ¿Por qué?... Nunca vas a obtener la respuesta ver­dadera, sino tan solo el eco de tus propios lamentos. La pregunta exacta que tienes que hacer cuando la enco­mienda indeseada te llegue a las manos es la siguiente: ¿Para qué? Enseguida toma el problema entre las manos, abre las ventanas de tu casa para que entre la luz. En esa clari­dad trata de leer el mensaje que está oculto dentro del problema. Allí está. Es necesario descubrirlo para acep­tarlo. Haz un pequeño esfuerzo, pues, descifrando el mensaje, descubrirás un camino. No te desorientes con la aparente contradicción, pues quien te envía el men­saje no es la muerte, sino la vida que te pide eso una vez más: ¡Vivir! Es necesario que descubras el sentido de tus dolores ysufrimientos. Solo así tendrás fuerza y coraje para to­

mar tu cruz y seguir al Maestro todos los días, hasta el fin. A su lado ningún sufrimiento es en vano. Es a través de los dolores y de las tribulaciones que somos engen­drados para la resurrección'.

¦Para el final una bella imagen de Tihamer Toth: "El su­frimiento es la labor de artista que Dios hace sobre el mármol de tu alma. Al mármol le gustaría romper en sollozos cuando lo golpean los duros martillazos del escultor. Pero si el artista tratara bien a su mármol ¿llega­ría este a ser una obra maestra, admirablemente talla­da? No has de buscar el sufrimiento, pero, si viene, mí­ralo a la cara con la frente levantada'.

¡Hasta mañana!