Ahora el día después
Los mozos se parecían bastante, pese al maquillaje. No provienen de la política y no cabe fustigarlos por eso: llegaron hasta aquí por la esclerosis de los partidos políticos; ambos con más duranesbarbas que doctrina; tampoco son líderes carismáticos (aunque, en Argentina, hoy es un bálsamo); nos han fatigado con discursos voluntaristas plenos de "vagueralidades". Uno ganó y debiera ser magnánimo pues, ante el descalabro que recibirá, necesita también al perdedor. Lo mejor para el FPV será no echar culpas o desmerecer el voto popular. Ni los grupos concentrados, ni los medios hegemónicos, ni los fondos buitre: los abatió el relato mismo... y la periódica necesidad de alternancia que tienen los pueblos. Guarden fuerzas para sincerar al peronismo reconciliándolo con las formas republicanas, básicamente.El nuevo gobierno tiene urgentes cuestiones: rescate de la República, inseguridad, narcotráfico, inflación, corrupción. Para el resto, su tarea será titánica y no alcanza con designar un ministro desarrollista, si ello realmente ocurriera. Tres son los términos de la ecuación: justicia social, república y desarrollo económico. Un verdadero estadista sabrá equilibrarlos. Los años del kirchnerismo se recordarán como distribucionistas, pero sin la indispensable base productiva. Su matriz populista se malquistó con las formas republicanas y, no obstante las declamaciones, la economía nunca despegó.
Para producir un salto cualitativo es imperioso aplicar también el "método" desarrollista: una correcta lectura de los tiempos, diagnóstico objetivo económico-social, puesta en marcha del aparato productivo atendiendo los desequilibrios regionales y fijando lúcidamente las prioridades, y lo más arduo- tender puentes y evitar enfrentamientos con una sólida alianza de clases sociales.
La coalición triunfadora -no solo el Sr. Macri- tiene en sus manos la oportunidad de intentarlo. Dios los ayude y no olviden que Lilita está vigilando.
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Ahora el día después
Los mozos se parecían bastante, pese al maquillaje. No provienen de la política y no cabe fustigarlos por eso: llegaron hasta aquí por la esclerosis de los partidos políticos; ambos con más duranesbarbas que doctrina; tampoco son líderes carismáticos (aunque, en Argentina, hoy es un bálsamo); nos han fatigado con discursos voluntaristas plenos de "vagueralidades". Uno ganó y debiera ser magnánimo pues, ante el descalabro que recibirá, necesita también al perdedor. Lo mejor para el FPV será no echar culpas o desmerecer el voto popular. Ni los grupos concentrados, ni los medios hegemónicos, ni los fondos buitre: los abatió el relato mismo... y la periódica necesidad de alternancia que tienen los pueblos. Guarden fuerzas para sincerar al peronismo reconciliándolo con las formas republicanas, básicamente.El nuevo gobierno tiene urgentes cuestiones: rescate de la República, inseguridad, narcotráfico, inflación, corrupción. Para el resto, su tarea será titánica y no alcanza con designar un ministro desarrollista, si ello realmente ocurriera. Tres son los términos de la ecuación: justicia social, república y desarrollo económico. Un verdadero estadista sabrá equilibrarlos. Los años del kirchnerismo se recordarán como distribucionistas, pero sin la indispensable base productiva. Su matriz populista se malquistó con las formas republicanas y, no obstante las declamaciones, la economía nunca despegó.
Para producir un salto cualitativo es imperioso aplicar también el "método" desarrollista: una correcta lectura de los tiempos, diagnóstico objetivo económico-social, puesta en marcha del aparato productivo atendiendo los desequilibrios regionales y fijando lúcidamente las prioridades, y lo más arduo- tender puentes y evitar enfrentamientos con una sólida alianza de clases sociales.
La coalición triunfadora -no solo el Sr. Macri- tiene en sus manos la oportunidad de intentarlo. Dios los ayude y no olviden que Lilita está vigilando.