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TV inmoral
Con el pretexto de la "libertad de expresión" los canales televisivos de Buenos Aires están volcando en sus plateas un erotismo cada vez más atrevido. Los canales del interior -sobre todo los de aire- se nutren mayormente del material que les brinda la capital. Muchas veces por razones contractuales, ello los obliga a emitir programas de muy mal gusto, con alto voltaje erótico, lindando incluso con lo pornográfico. Lo más grave es que esto puede verse también en el mal llamado horario de protección al menor.
Se están elevando diversas voces de repudio, entre las cuales la Iglesia no ha dejado de estar presente, a través de su jerarquía o algunas de sus instituciones.
Desde hace algunos años la Fundación Argentina del Mañana -entidad de inspiración cristiana pero abierta a todos los hombres de buena voluntad- está bregando para que la TV argentina no acepte seguir emitiendo material que afecte a la salud moral de la población, y de modo especial a los menores.
En uno de sus mensajes, distribuidos por correo, expresa:
"entendemos que de una buena vez, el Comité Federal de Radiodifusión tiene la obligación de suspender las emisiones televisivas que atentan contra la moral y las buenas costumbres, y cancelar las licencias de emisión de los canales que no respetan el horario de protección al menor.
Películas, telenovelas y hasta dibujos animados agreden y deforman permanentemente la cabeza de niños y adolescentes con imágenes y palabras cargadas de sexo y de violencia.
Pareciera que todo está permitido en la televisión argentina porque el régimen que se vive es de total impunidad... y porque no se sanciona a nadie.
¿Cómo puede ser que antes de la exhibición de un dibujo animado y en pleno horario de protección al menor, aparezca en las pantallas un "travestis", invitarlo a llamarlo por teléfono para oír sus "intimidades".
Las campañas de esta Fundación han logrado "bajar de cartel" a varios programas de baja ralea, en algunos casos, pidiendo a las empresas sostenedoras que les retiraran la publicidad.
Por lo visto, hay que pegarles donde más les duele...
¡Hasta mañana!