Adviento

Adviento

Estamos transitando el Adviento. Es tiempo de espera, pero tiempo también de caminar. Se espera lo que viene, caminando hacia el encuentro.

La espera es importante, a condición de que sea también activa. La novia espera la llegada de su amor, pero no deja de prepararse, en el cuerpo y el alma, para que el encuentro sea diferente cada vez. Es deportista espera en el banco su momento de intervenir en el partido, pero, antes de jugar, necesita de un precalentamiento para que pueda estar en condiciones.

Algo parecido tiene que pasar con el Adviento. La espera activa nos compromete a estar alertas y "en ejercicio" pensando no sólo que el Señor está viniendo, sino que ya está caminando con nosotros.

El nos ayuda a prepararnos. Desde adentro: estimulando lo bueno, purificando lo malo. Quizá le haga bien leer este poema libre de Tato Ortega: "Hacia la Navidad", aparecido en "El mensajero de San Antonio", una bella e interesante revista de los franciscanos conventuales:

"Es este Adviento que nos duele en las manos y en los pies. Es este viento que advierte, que llama, que trae, que acuna y que alumbra. Es como frío que nos duele, porque hay cosas, muchas, que nos faltan. No tenemos la espera confiada y tranquila, entrega simple de María. Ni tampoco la sencillez de los pastores. Ni la fe obstinada de los Magos".

¡Hasta mañana!