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¿Cristo de frac? Y también de galera. Cuesta imaginarlo a Jesús vestido con semejante atuendo. Pero quiso hacerlo un renombrado actor en el Teatro del Estado, de Moscú, en tiempos en que los comunistas eran todopoderosos en la Unión Soviética. Debía hacer una parodia de Jesucristo, ridiculizando todo lo religioso y exaltando el ateísmo. La pieza teatral incluía un altar desbordando botellas de bebidas alcohólicas, así como sacerdotes y monjas borrachos. En algún momento ingresó el famoso actor Alexander Rostowzew para ofrecer una imagen grotesca de Jesús. Con una gran Biblia en la mano leyó socarronamente los primeros versículos de las Bienaventuranzas que se encuentra en el evangelio de san Mateo. El libreto ordenaba que el actor debía interrumpir su lectura pidiendo a gritos que le trajeran un frac y una galera. Para sorpresa de todos, volvió a leer los dos primeros versículos del Sermón de la montaña: "Felices los pobres de espíritu, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia". Esta vez con acento respetuoso, y hasta conmovido. Y siguió leyendo todo el capítulo 5 de san Mateo, con un timbre de voz que a todos sorprendió. Los ruidos de la sala se fueron acallando hasta reinar el silencio más absoluto. Leyó lo de la sal y la luz, el tema de la ley que vino a cumplir hasta sus detalles, lo que Jesús enseña contra el adulterio, el divorcio, la venganza, y sobre todo lo que se refiere al perdón de los enemigos. Profundamente conmovido, Rostowzew cierra la Biblia con un gran respeto, hace la señal de la cruz y exclama: "Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino". Estas palabras pronunciadas por el Buen ladrón en la cruz fueron las últimas que pronunció también el famoso actor ante su audiencia.