¿Qué cambia en la Argentina el 10 de diciembre? Realmente, muchas cosas. En una charla que el autor de esta nota dio en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas poco antes de las PASO, se plantaron los dos escenarios más probables que, efectivamente, se materializaron en las elecciones del 22 de noviembre pasado. La hipótesis que se propuso entonces era que un gobierno de Scioli habría sido altamente inestable porque se habría enfrentado al fuego cruzado del peronismo aliado al candidato oficialista y el remanente del kirchnerismo. Un triunfo de Macri, por otra parte, sería más sólido porque tendría su espacio propio mucho más cohesionado y encontraría también adhesiones en otras expresiones políticas.
¿Qué cambia con la presidencia de Macri? En primer lugar, se produce una modificación en los estilos de conducción, que retorna a los valores republicanos. En segundo lugar, existe una visión del funcionamiento de la economía y de las relaciones con el mundo más en sintonía con las que se sigue en la casi totalidad de las economías. En tercer lugar, Macri no ignora que, por su estilo pero sobre todo por necesidad, debe actuar logrando consensos, los que se requerirán dentro de su espacio no menos que en relación con la oposición formal, que a su vez se fragmentará, de hecho o de derecho, en dos: el peronismo kirchnerista y el peronismo tradicional.
¿Cuáles son los principales problemas de la Argentina y cómo resolverlos? El listado es bastante extenso, pero los principales y más obvios son la inflación, el cepo cambiario y el déficit fiscal, más los "regalitos" de último momento de la Presidente Fernández: las designaciones de militantes de La Cámpora, el incremento último del gasto público y la decisión de extender el fallo de la Corte sobre coparticipación a todas las provincias, decisiones todas que, por supuesto, tienen el claro sentido de una actitud resentida de venganza por haber perdido las elecciones.
La forma de solucionar éstos y los muchos otros problemas adicionales dependerá naturalmente de las medidas que tome el equipo económico al respecto. La opinión de este columnista es que, en línea con las decisiones correctas de independizar el funcionamiento del Banco Central, debería también devolvérsele los superpoderes al Congreso y proponer un Presupuesto creíble y de estricto cumplimiento, respetando al Poder Judicial y sosteniendo el federalismo. Debe renegociarse la deuda externa y la cuestión de los "hold-outs" y buscarse financiamiento externo para recomponer las reservas del Central, mucho de lo cual ya ha sido directa o indirectamente propuesto y encarado por el nuevo gobierno. Sin embargo, el aspecto más importante es el de la corriente inversora que deberá promoverse para aumentar la producción de bienes y servicios, porque en lo inmediato no podrá resolverse el problema de la brecha fiscal entre ingresos y egresos si no es a través del aumento en la producción.
A todo esto, no cuenta solamente lo que hay que hacer, sino cómo lograrlo, y para ello deberán extremarse los consensos, pero también el nuevo gobierno deberá proteger su propio margen de maniobra para no neutralizar sus objetivos y, por supuesto, deberá apelarse a la Constitución que contempla los mecanismos institucionales para que el nuevo gobierno pueda llevar adelante sus promesas electorales.