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Los vecinos consultados por El Tribuno, de la primera y segunda etapa del barrio Juan Pablo II, explicaron su preocupación por el avance de estas precarias construcciones.
Los locales no tienen agua corriente ni baños; elaboran comidas sin ningún tipo de control ni medidas de higiene; están apostados sobre el espacio publico e impiden la circulación de los peatones, que se ven obligados a bajar a la avenida Roberto Romero para transitar.
Según contaron los vecinos, algunos kioscos están hace más de diez años. En 2014 hubo un aumento de locales sobre las márgenes del canal. "A muchos los construyeron los fines de semana y de noche. Así los fueron levantando", contó un grupo de vecinos.
Agregaron: "Varios están abandonados, pero también son el lugar propicio para que se junten grupitos y se metan a tomar. Nos generan inseguridad".
La mayoría de los locales vende comida como, por ejemplo, pollo, carne y pescado a la parrilla, empanadas, masas dulces, y más. Algunos tienen estructuras metálicas pero otros son de material; con ladrillos, cemento y columnas.
"Algunos son verdaderas fortalezas y sacarlos es todo un problema. Como no hay ningún tipo de control, construyen como les parece", argumentó una de las vecinas de la zona.
En 2014 este mismo grupo de vecinos se reunió y presentó notas al Concejo Deliberante de la ciudad y también en la Municipalidad de Salta. Solo se hizo un operativo de control en la zona a mediados de marzo de 2014, que dejó varios kioscos clausurados. "Después no se aparecieron más. En la intendencia también dejamos un pedido formal, pero hasta ahora no tuvimos respuesta", manifestaron los vecinos.
Otro problema que genera la presencia de los locales comerciales en la zona es la basura. "Algunos son cuidadosos, pero otros arrojan los residuos al canal, al igual que el aceite y la grasa que utilizan para freír las empanadas", mencionaron los vecinos.
La gente quiere que el avance de este tipo de negocios termine. "Depredan todo lo que hay a su alrededor", afirmaron en Juan Pablo II.