Acompañada de detalles en madera, la piedra laja le aporta un rasgo identitario inconfundible a las edificaciones en nuestro noroeste.
La textura modificada por la piedra ha cambiado la monótona percepción de las fachadas. Al tomar este elemento de la naturaleza, realzándolo, los profesionales de la construcción proponen una solución estética agradable que puede extenderse y combinarse de formas creativas.
Para el arquitecto salteño Juan Barrionuevo (arqjuanbarrionuevo @gmail.com), la piedra y la madera incorporadas a la arquitectura de líneas puras y despojadas que prevalece hoy en día, garantizan una simbiosis ideal entre lo moderno y lo rústico. "Está visto que los arquitectos podemos darle una identidad particular al modernismo incorporándole a la vivienda materiales propios de nuestra zona. De esta manera, la casa pasa a ser única, dialoga con el paisaje y está claro que es de Salta y no de Santa Fe, Santa Cruz o Buenos Aires", señaló el profesional.
La clave de que ese diálogo funcione está en utilizar inteligentemente la piedra y la madera. "Acá tenemos la laja amarilla, que es ideal para revestimientos interiores y exteriores. El principal beneficio de sumar este material a la construcción es que necesita mínimo mantenimiento. Sólo hay que ser previsor a la hora de colocar la laja: es preciso buscar mano de obra con oficio, porque hay que sellar bien las juntas para evitar que se filtre el agua", precisó.
Además de la laja amarilla o champagne, una de las que tiene mayor demanda es la laja San Luis, que viene en tonos oscuros: negro, verde o azulino. Se la utiliza mayormente en pisos. También se usa mucho la laja Riojana, que tiene tono rosáceo. Barrionuevo explicó que la característica de esta piedra es que en un primer momento se descascara, pero después queda perfectamente lisa. Además, destacó la principal propiedad de este material que, a diferencia de otras lajas, la riojana es atérmica, "por eso es ideal para los bordes de piletas", remarcó.
Claramente, cada tipo de piedra posee diferentes características en cuanto a porosidad, resistencia al desgaste y textura. La elección dependerá del uso que se le quiera dar. En interiores, lo más habitual es su utilización en suelos (escaleras, pavimentos), aunque también como revestimiento para paredes, chimeneas, mesadas en las cocinas, bañeras y lavamanos.
Son varias las bondades de la piedra. La laja en sus infinitas variables, formas, texturas y colores, se destaca especialmente por su resistencia, su gran versatilidad y sus amplias posibilidades de aplicación.
Su impermeabilidad, dureza y resistencia, la convierten en un material óptimo para revestir paredes y suelos, tanto interiores como exteriores, de muy buen resultado a largo plazo.
A la hora de incorporar la laja al diseño, Juan Barrionuevo es partidario de sumarle un elemento que aparece hermanado a ella en el paisaje: la madera. "Se la puede sumar en detalles que acompañen a la piedra. Puede lucirse, por ejemplo, en pérgolas incrustadas en los muros o en superficies llamadas decks. Estas últimas son elementos muy utilizados por los arquitectos hoy en día y se construyen básicamente de la misma manera que un entramado de madera simple, permitiendo extender los interiores al exterior y integrando los proyectos con la naturaleza", precisó el arquitecto. El profesional llevó este principio a la práctica en una casa que diseñó en barrio Los Olmos, en la zona sur de la ciudad (foto vertical).
Evidentemente, la piedra natural ha resurgido en la arquitectura configurando una tendencia estética que no se detiene. Si bien posee el encanto de su eterna vigencia, este material viene adaptándose con éxito a las permanentes mutaciones de la arquitectura y el interiorismo. En Salta, esa tendencia ya se nota.