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A pesar de las campañas de concientización llevadas a cabo por distintas instituciones, dentro de las cuales están incluidas las escuelas, sectores a los cuales mal podríamos llamar tradicionales y otros espacios públicos y privados aparecen diariamente llenos de basura de todo tipo.
Baldíos, periferias de canchas de fútbol, lotes con viviendas a medio construir, esquinas con veredas descuidadas, cualquier lugar es apropiado para arrojar deshechos domiciliarios y también los que producen algunos comercios.
Con la misma irresponsabilidad, vehículos que por su antigedad están imposibilitados de funcionar, se encuentran abandonados en la vía pública y amanecen tapados de basura.
Las quejas de los vecinos que residen cerca de los microbasurales son una constante.
Aseguran que quienes arrojan desechos son personas inescrupulosas que residen en otros barrios y que se toman el trabajo de trasladar su basura, en camioneta o auto, para arrojarla lejos de su domicilio.
"Hace dos días vi a una Amarok estacionarse cerca de mi domicilio, el conductor bajó con bolsas y las arrojó enfrente de mi casa, le grité para evitar que lo hiciera, pero me dijo que no me metiera y se fue. Me sentí impotente, le tomé la patente y espero que el municipio tome cartas en el asunto", comentó Ely Zerpa.
Sin dudas, se trata de una cuestión cultural, de desaprensión hacia el otro, de una visión individualista que va a contramano de una vida en sociedad. Es muy lamentable la imagen de una ciudad en crecimiento como Gemes llena de basura. Las rutas nacional 34 y provincial 10 son una muestra contundente de la indolencia de muchos vecinos.
"La esperanza de que esto cambie está en los niños. Hay que generarles conciencia sobre el medio ambiente", expresó una docente.