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Los intendentes comienzan a sentir que a Urtubey ya no le deben nada

Domingo, 22 de marzo de 2015 00:50
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A tres semanas de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) de este año electoral, el ambiente de campaña en Salta adquirió la dinámica propia de los momentos decisivos previos a una elección clave para el futuro de la provincia en los próximos cuatro años.
La elección del 12 de abril, está claro, es más que un filtro de precandidatos para las generales de mayo y así lo entienden en las trincheras de la oposición y el oficialismo. Entre las dos tendencias, esta última es la que cuenta con la ventaja "natural" del manejo del aparato político y la billetera, aunque esta posición dominante en el escenario electoral no se traduce por estas horas en tranquilidad para los candidatos del Gobierno.
Mientras se acerca la fecha, una frase en el Gran Bourg suena con más insistencia y casi con desesperación: es "a todo o nada" repiten en las líneas del oficialismo en referencia a la elección venidera.
Con el convencimiento de que la política puede traducirse únicamente en términos futbolísticos, durante los picaditos en La Loma admiten que si no ganan en el "primer tiempo" (las PASO) en el segundo será difícil remontar cualquier resultado adverso.
El entretiempo hasta el 17 de mayo será muy corto para levantar un resultado negativo. Y la preocupación crece.
El intento reelecionista de Juan Manuel Urtubey estará en la mirada de todo el país. Será como jugar de local, pero con la presión de la primera prueba de fuego para el kirchnerismo en este 2015. El resultado en Salta puede marcar una tendencia para el resto del país en las generales nacionales de octubre y eso es motivo más que suficiente para entrar en pánico no solo ante una eventual derrota, sino también ante una victoria pírrica. La presión es demasiada.
Urtubey no desconoce esta realidad y se esmera en aparecer en cuanta inauguración sea posible: obras a medio terminar o casas a medio construir; no importa. Lo que vale es inaugurar para sumar, aunque sea desde el sentido literal de la palabra.
Es por eso que con insistencia los operadores buscan en los municipios "algo"donde cortar cintas; lo que sea. Y esto también se traduce en una presión para los intendentes que deben pagar tributo a la denominada "descentralización municipal". El supuesto manejo pleno de los recursos para las intendencias hoy debe volver como una moneda de cambio.
Lo curioso es que muchos intendentes tienen la seguridad de que a Urtubey ya no le deben nada. "Nunca viene a los municipios, salvo en época de campaña. Ahora reclama obras y la única que podemos hacer es pagar los sueldos al día. Cuando le pedimos ayuda, ni siquiera nos atienden" se quejó un jefe comunal.
Los tienen tan cortos con la plata que la descentralización hoy aparece como puro relato de la ineficiencia.
"Estamos obligados a contar al cordón cuneta como una obra de envergadura y la gente nos pide otra cosa. Es muy difícil sostener esta situación" fue la frase concluyente de los jefes comunales reunidos en un negocio del Valle de Lerma.
Pero esto no es lo único que motiva su molestia. Parece que el "carpetazo" se puso nuevamente de moda.
Alguien se encargó de refrescar en la memoria de los intendentes las palabras de Urtubey. "Yo pierdo... pero ustedes van presos" les mandó a decir hace unos meses.
Los jefes comunales respiran, toman un poco de agua, pero no pueden pasar el otro trago amargo: la debilidad política de Urtubey que tuvo que resignar la vicegobernación ante el capitalino Miguel Isa. No hay ningún mensaje alentador para el resto de la provincia.


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