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Las actividades dieron inicio en el colegio Nuestra Señora del Huerto y finalizaron a las 21 en la parroquia San Antonio de Padua, donde monseñor Gustavo Zanchetta presidió la misa de cierre.
Los sacerdotes Marcelo Hermida, David Pintos, Rubén Gutiérrez, Carmelo Illescas y Martín Alarcón, junto a religiosos de distintas congregaciones, acompañaron durante toda la jornada con confesiones y animando los distintos talleres que se llevaron a cabo.
Fueron cientos los jóvenes de distintas parroquias, grupos juveniles y movimientos de toda la Diócesis de Orán que se congregaron para trabajar sobre la carta del Santo Padre titulada "Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios". El mensaje trata sobre los parámetros de la felicidad que propone la Iglesia.
"La convocatoria superó ampliamente nuestras expectativas", reflexionó Lucía González, coordinadora de la Pastoral Juvenil diocesana local.
"Como jóvenes, descubrimos que Dios tiene una misión para cada uno y en la medida que la descubramos alcanzamos la felicidad", sostiene Lucía.
Los participantes quedaron profundamente conmovidos por la fuerza del mensaje del Papa y, para muchos jóvenes, se trató de una experiencia inolvidable.
El mensaje del Papa
El papa Fancisco manifestó en reiteradas oportunidades que tiene grandes esperanzas puestas en los jóvenes y les infunde ánimo y valentía para su vida diaria.
Muchos jóvenes oraneneses consideran que la experiencia compartida, más allá de la diferencia de idiomas y culturas, les fortalece en su camino personal.
La Jornada de la Juventud es una celebración de la fe en la que el Papa invita a los jóvenes a conocer una nueva carta pastoral.
El objetivo de las jornadas es que los jóvenes puedan conocerse entre sí, compartir experiencias, reflexionar sobre el tiempo que les toca vivir y celebrar una gran fiesta.