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En este país se necesitan 1.000 funcionarios honestos que sean servidores del Estado

Sabado, 18 de abril de 2015 00:30
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Luis María Peña es un reconocido abogado por su gran trayectoria en materia tributaria.
Recordado como uno de "Los Intocables" en la década de los noventa, por haber combativo con brazo firme la evasión fiscal en Argentina, llegó a la provincia para disertar en la Diplomatura en Asuntos Tributarios y Aduaneros, que se dicta en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Católica.
El doctor Peña, en dialogó con El Tribuno, charló sobre diversos temas que forman parte de la compleja realidad económica y política del país.
¿Cómo ve el sistema impositivo actual en el país?
Es un mamarracho. Es un sistema impositivo que se fue modificando por necesidad y no por virtud.
¿El impuesto a las ganancias es necesario?
El impuesto a las ganancias es el impuesto más aceptable en todo el mundo, es el más justo. El que más gana, más paga, y acá no es así. Pero acá se tiene cautiva a la cuarta categoría. Un asalariado que cobra anualmente $400.000 paga una alícuota del 35%. Si acá estuviera viviendo Rockefeller pagaría el 35%.
¿Los jueces deberían pagar el impuesto a las ganancias?
Claro. Está en la ley, en la ley de impuesto a las ganancias. Pero ellos dictaron una acordada por la cual, dada la intangibilidad del salario, tienen que tener para ahorrar libremente y no se debe tocar el salario. ¿Y la intangibilidad del salario del obrero?
¿Es posible eliminar ganancias?
Es imposible, ganancias es el impuesto más justo. Pero no es justo que se cobre hasta ciertos límites. Yo siempre hablé de $50.000 en la renta de trabajo personal. En los países nórdicos pagan ganancias hasta el 51%, pero tienen la escuela pública, la seguridad y la salud pública de primera. Acá resulta que uno paga los impuestos y después tiene que sacar para pagar la prepaga, el colegio.
¿Cuánto vuelve de coparticipación a las provincias?
La ley fijó que no podía ser menos del 30%, ahora debe estar en el 23 o 24%.
¿Eso es justo?
Creo que debería haber un régimen de corresponsabilidad. Vale decir, la provincia que más produce tiene que tener mayor coparticipación en la provincia. Esas provincias están subsistiendo gracias a los impuestos provinciales.
¿Habría que hacer un nuevo sistema de coparticipación?
El nuevo sistema de coparticipación tiene que tener la realidad del esfuerzo de cada provincia en materia de producción, trabajo y recaudación de impuestos. Lo que no puede ser que, aparte de la cuestión fiscal, es que la caja sea manejada desde Buenos Aires, desvirtuando la ley de presupuesto. Hay que terminar de una vez con todo eso y llegar a un país federal, representativo y republicano como marca la Constitución Nacional.
¿Qué opinión tiene de la Anses?
Hoy en día, la Anses es financista de Estado, le saca la plata a los jubilados. Es tremendo sumergir a la tercera edad a un sistema paupérrimo de vida de pobres. El Estado, que se da el lujo con el Fútbol para Todos, Automovilismo para Todos, etc. y no produce nada, solo burocracia. Lamentablemente la burocracia produce un virus que es la corrupción estructurada en el poder.
Entonces la clase política es mala. Lo que pasa es que tenemos un déficit tremendo de legisladores. Que todos los que acceden a un cargo político en vez de leer Patoruzito que lean la Constitución, que es un libro sabio. Aparte, hay que terminar con los privilegiados del país que en estos momentos son los adjudicatarios de las obras públicas. ¿Se acuerda de los casos de IBM y Skanska? Son todos sobreprecio. Es cantado que tuvieron que pagar, si no no le daban la obra.
Y a ese sobreprecio lo paga todo el pueblo.
La guita del presupuesto no nace de un repollo, es plata de los contribuyentes. Tenemos unos sobreprecios tremendos, fantasmagóricos. A igual calidad de materiales, igual período temporal y ejecución de la obra se le otorga a otro que tiene el 150% más de costo. Con ese mayor desnivel de costo se pagan todas las coimas en todos los estratos.
¿En que sector está la mayor evasión fiscal que afecta al país?
En las grandes empresas. Como están los sistemas informáticos perfectos, el monotributista que no pagó le cae la inspección y lo embargan, entonces va y paga. La cuestión es agarrar los grandes pescados, pero gozan de la inmunidad del poder político, judicial y también del legislativo, que dictan normas que parece que estuvieran hechas a la medida de los evasores.
Después de este panorama ¿existe un buen horizonte?
El país en este momento tiene por adelante muy buenas perspectivas. Pero tiene que haber un cambio. En este país se necesitan 1.000 funcionarios honestos, que en vez de servirse del Estado sean verdaderamente servidores del Estado. Con 1.000 tipos honestos este país tiene todas las posibilidades de pegar un salto exponencial y volver a ser lo que alguna vez fue. Pero lamentablemente el desmanejo es muy importante, en este país ha crecido mucho el fraude fiscal.
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