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Una de las dificultades que tienen en la zona es la escasa iluminación en algunas calles. "Vivo en la intersección de Oñativia y Luis Agote. Mi cuadra está sumida en la oscuridad. Las pocas luces que hay están tapadas por grandes árboles que no son podados", explicó Cristina, una mujer que vive en el barrio.
La falta de iluminación y mantenimiento del alumbrado público contribuye a la inseguridad. "Los ladrones caminan tranquilos, de noche es muy oscuro, no se ve nada. Vivimos con miedo de que entren a nuestras casas", manifestó un vecino.
Ofuscados, aseguraron a El Tribuno haber realizado al menos 50 reclamos en las distintas entidades. "Las soluciones nunca fueron definitivas. Hacen todo a medias y nos siguen perjudicando", explicaron.
Rebalsan las cloacas
Otro de los problemas que plantearon los vecinos de Universitario son los rebalses de cloacas ante las inclemencias climáticas. "Cuando llueve, se desbordan las cloacas de las calles más bajas. Los vecinos tenemos que soportar los olores nauseabundos. Es peligroso", contaron a este diario.
Durante fuertes tormentas las aguas subieron tanto que entraron a varias viviendas. Los afectados aseguran que realizaron los reclamos correspondientes pero no tuvieron respuestas. "Hace años que vivimos esta situación y hasta ahora nadie nos dio una solución. Estamos olvidados", sentenciaron.
Sin perder las esperanzas, piden la intervención de la Municipalidad de Salta y Aguas del Norte para solucionar los problemas que los aquejan.
Animales sueltos
En la zona también contaron a El Tribuno que vecinos de barrios cercanos dejan sueltos varios equinos en un espacio verde que funciona como cancha de fútbol. "Es un peligro, para grandes y chicos. Además esos animales necesitan cuidados especiales, no pueden andar por ahí. Queremos evitar una desgracia", aseguró Cristina.
Muchos se comunicaron con la Policía Rural para pedir su intervención. "Nos dijeron que los animales pertenecen a familias de barrios aledaños. Por cortesía, los retiraron una vez, pero al cabo de unos días volvieron", explicaron.
Los fines de semana, ese espacio es utilizado para realizar torneos de fútbol barriales y los animales terminan caminando por las calles del vecindario, poniendo en peligro a los transeúntes. "Son muy pocos los que vienen a buscarlos y se los llevan", comentó Cristina.