inicia sesión o regístrate.
En un extremo del cubículo, que se recorre en tres pasos, hay una cama de dos plazas y un pequeño mueble. En el otro, se armó la cocina con lona. Más allá, afuera de la carpa hecha con lona, Carina tiene una parrilla donde prepara la comida con leña.
Baño no tiene. "Voy a la casa de mi hermana, que está a menos de una cuadra y ahí nos arreglamos". "Al principio estábamos en una carpa. Luego, con mi marido, conseguimos el furgón y armamos la casita. Hubo momentos en los que me quería ir, era terrible", contó la joven mamá, que en estos días tiene fecha para dar a luz.
"Esto de ver que me están construyendo la casa es una alegría enorme", sostuvo Carina, sonriente, mientras empezaba a preparar el almuerzo para compartir con los voluntarios de Techo que le están levantando una vivienda.
"Lo bueno de la fundación es que ellos te ayudan con una casita de madera, pero también para seguir creciendo. Esto es hermoso. Te motiva a seguir", aseguró.
Carina tiene en claro que quiere que sus condiciones de vida mejoren. Hoy está colgada de la luz y eso no la pone contenta. "Hicimos el pedido a Edesa pero no quieren poner la luz porque no están delimitados los terrenos. Yo quiero pagar el servicio porque si no, nos dicen que robamos", reprochó.
Lidia López Vega es una de las beneficiarias del barrio Juan Manuel de Rosas y ayer les cocinó a los voluntarios. "No tengo manera de agradecer por todo lo que hacen por mí y mis hijos", explicó Lidia, junto a su hija menor, Morena. Lidia vive en un terreno que es de su comadre y que le dio para que cuide.
Alquiló durante diez años en la zona, pero desde hace tres que está en el lote que le cedió su comadre. "Ver que están construyendo mi casa es algo que no lo puedo explicar con palabras. Yo estoy recontenta. Mis hijos también", expresó. El brillo de sus ojos daba cuenta de su emoción.
Es mamá de cuatro hijos: Sergio de 17, José de 11, Brisa de 13 y Morena de 5. "Creo que hay un Dios que está arriba, que me acompaña. Siempre pensé en tener mi casita, pero hoy no tengo posibilidades de hacerlo por mi cuenta", dijo Lidia. Agregó: "El destino me trajo esta casa del cielo. No es cuando uno quiere, sino cuando las cosas deben ser. Puede ser hoy, mañana o pasado. A mí, la vivienda me llegó hoy", sostuvo confiada la mujer, junto a sus hijos. Aseguró radiante: "Dios nunca me abandonó".