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Que tus cuadros sean el centro de las miradas

Domingo, 03 de mayo de 2015 00:14
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Una de las formas más sencillas de dar vida y contenido a las paredes de nuestra casa es añadiéndole cuadros. Pero no es cuestión de colocar un cuadro porque simplemente nos gustó la imagen: debe entonar con el espacio donde será colocado. Bien elegidos, ya sean pinturas, fotos, láminas, carteles... los cuadros por sus formas, colores, materiales crean interesantes constelaciones que se suman al color de la pared y la revisten de vida, de estilo, de elegancia.
Gracias a los cuadros, las paredes cuentan historias, irradian calidez, se convierten en centro de las miradas. Por ello, es casi un deber pensar en cómo se organizan los cuadros en un museo al momento de colgar cuadros para decorar paredes. Aquí te damos algunas sugerencias útiles para lograr la combinación perfecta.
El primer criterio que debe guiarnos a la hora de realizar arreglos con cuadros es si se trata de marcos de la misma medida o de diferente tamaño. Si los cuadros tienen la misma forma, nos convienen los arreglos simétricos: colgar los cuadros formando a su vez figuras geométricas. Ya sea cuadros, rectángulos, círculos... Cada uno de los cuadros en un punto conformando esta figura.
Conviene ubicar a los cuadros más pequeños al interior de esta figura, y los más grandes den el extremo y en la parte de arriba. Los más pequeños, en la línea de la mirada (a la altura de los ojos) para evitar que el contemplador se esfuerce al observarlos.
En cambio, si los cuadros que se quieren colgar tiene diferentes formas pero un tamaño similar, conviene ubicarlos de forma aleatoria, sin un orden en particular, pero con mucho aire entre ellos. De esa manera no van a competir por la mirada entre sí, y no nos arriesgamos a que su conjunto tome forma caprichosas.
Si los cuadros que se desean color son circulares (con marcos ovales o en forma de círculo) no conviene una agrupación muy cerrada, a menos de que el tamaño de las piezas sea muy diferente en sí. De otro modo, si ubicamos piezas cercanas de forma circular y del mismo tamaño, el efecto será poco atractivo.
Si tenés una gran cantidad de cuadros y no son afines ni en su tamaño ni en su forma, ensayá para ellos la forma del racimo: colocá una pieza grande al centro, y rodeala con marcos de menor tamaño, siempre cuidando que el número de piezas alrededor de la más grande sea el mismo en cada uno de sus extremos.
Es importante observar la arquitectura del espacio: paredes, ventanas, puertas, altura del techo, entrada de luz, etc. En base a esa observación previa, se debe tener en cuenta:
* Para los ambientes reducidos y angostos, es conveniente colocar los cuadros verticalmente para que provoquen la ilusión de un techo más alto y, por lo tanto, del espacio en su totalidad.
* En espacios grandes y bien iluminados, se pueden colocar horizontalmente.
* Para el caso de los pasillos largos y estrechos, los cuadros se deben ubicar en hilera, en una proporción más alta que ancha. De esta manera se logrará acortarlo visualmente.
* En las habitaciones amplias, se puede colgar un cuadro grande, sobre todo si la decoración es clásica.
Por otor lado, colgar cuadros a veces puede ser bastante frustrante. Tomamos todas las medidas, hacemos las marcas con un lápiz y nos aseguramos de que todo esté nivelado, pero por alguna razón la pieza sigue viéndose mal. Entonces tratamos de arreglar el problema poniendo más clavos para después darnos cuenta de que seguimos con un cuadro desnivelado, pero ahora también tenemos montones de huecos en la pared.
Para ahorrar tiempo y esfuerzo al colgar tu arte o fotos, seguí estos consejos y te garantizamos que terminarás con un pared digna de una galería.
1- Antes de colgar los cuadros, ponelos en el piso, en frente de la pared donde pensás colgarlos. Decidí si se verán bien en esa pared o no y muevelos como sea necesario. Si pensás colgar varias piezas en grupo, ordénalas en el piso hasta que encontrés el mejor arreglo. Hacé plantillas de cada marco con papel de diario. Si no tenés papel de diario, podés usar cinta de pintor. Poné la plantilla en la pared y acomodala como si fuera la pieza que deseás colgar. Pegá la plantilla con cinta de pintor a la pared y asegurate de que esté nivelada. Martillá un clavo usando el papel de diario o cinta de pintor como guía. Quitá el papel de diario y colgá el cuadro.
Otra manera fácil de colgar cuadros es usando brillo de labios. En la parte posterior del marco, donde se cuelga del clavo, hacé una marca con el brillo de labios. Luego acercá el cuadro a la pared y acomodalo en su lugar. Una vez que estés seguro de donde colgarlo, presionalo a la pared para que el brillo de labios deje una marca.
Una última sugerencia: si querés renovar el aspecto de algún ambiente de tu casa, basta con renovar los cuadros, o cambiarlos de pared. El efecto es contundente.


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