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Laberintos Humanos. Aislados en los cerros | Laberintos Humanos, Ricardo Dubin

Martes, 16 de junio de 2015 00:00
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Laberintos Humanos. Aislados en los cerros

Ya en la sala de metal, el Abuelo Virtual se sentó ante una vieja computadora desde la que respondía las pregunta de cientos, acaso miles de jovencitas que lo consultaban. Todas ellas fueron ofrendadas por sus padres a los Varela, les dijo el abuelo mostrando la larga lista de sus contactos.
Cada tanto sonaba una chicharra y el hombrecito leía para responder tecleando a gran velocidad. Después volvía a hablar con Carla Cruz y el Varela: hace muchos años, la selva se comió las provincias abajeñas y quedamos aislados en los cerros. Eso parecía ser el fin de nuestra unión de siglos con la civilización, algo que parecía terrible pero no lo fue.
Desde las Guerras de la Independencia, cuando dejamos de ser colonia, pasamos a formar parte de ese ancho mundo que se rige con el calendario europeo, les contó el Abuelo Virtual, y esa historia tuvo sus vaivenes. Tuvimos buenos y malos momentos, pero no eran del todo momentos nuestros.
Yo nací en una época en que ser indio ya no era tan mal visto, pero debí conocer ese mundo de ciudades y una tecnología de la que al fin la selva nos había cercenado. No voy a hablarles mucho de eso, alcanza con decirles que un día decidí regresar a mi pueblo para inaugurar una radio desde la que transmitía un poco de todo aquello que había aprendido.
Pasaba música de cualquier parte del planeta, porque por entonces pertenecíamos a ese planeta que ya era casi una sola patria, y leía cosas escritas aquí y allá, sabiduría de gente que desde su rinconcito parecía llevar a un mismo punto.

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