Eran cerca de las 19.30 del sábado 20 de junio y el teléfono sonó desde Buenos Aires. "Hola. Soy Graciela. Quiero que sepas que estamos reunidos con Sergio y que tu nombre como candidato a vicepresidente suena con más fuerza. Te mantengo al tanto".
La llamada era de Graciela Camaño, diputada nacional massista y el interlocutor era Gustavo Sáenz, electo intendente de la ciudad se Salta.
El mensaje, aunque sorpresivo, no fue para nada improvisado. En realidad el nombre de Sáenz para conformar la fórmula presidencial con Sergio Massa ya venía siendo analizado con otros dirigentes nacionales del Frente Renovador desde el momento mismo en que se confirmó la contundente victoria municipal en la ciudad de Salta.
De hecho el triunfo de Sáenz fue el primero y el más notable que pudo sumar el massimo en el país en esta parte del proceso electoral.
En las negociaciones previas hubo mucho de cautela y Massa, tiempista por naturaleza, quiso diferenciarse del resto de los candidatos poniendo a un compañero de fórmula del interior del país.
Esa intención federalista, verbalizada en otros aspirantes, había quedado hecha añicos horas antes con las nombramientos de Gabriela Michetti en la fórmula con Mauricio Macri y de Carlos Zanini acompañando a Daniel Scioli.
Ahí estuvo el punto decisivo para terminar de armar la fórmula del Frente Renovador.
El teléfono volvió a sonar desde el mismo número y lugar una hora más tarde. "Roberto Lavagna se mantiene en su postura y no se va a postular a ningún cargo. Felipe Solá va por la candidatura a gobernador de Buenos Aires. Si vos aceptás, sos el flamante precandidato a vicepresidente de los argentinos", le dijo Camaño. Sáenz sintió, a esa hora de la noche, que algo superior lo ilumina desde aquel domingo 12 de abril cuando se impuso en las PASO en Salta.
La respuesta fue inmediata. "¿Qué dirigente político puede negarse a una propuesta de este tipo?" comentó minutos después el electo intendente de Salta Capital, en diálogo con El Tribuno.
"Sáenz sintió, a esa hora de la noche, que algo superior lo ilumina desde aquel domingo 12 de abril"."Para mí fue una sorpresa" dijo, aunque aclaró que antes había recibido un ofrecimiento para ser candidato del Parlasur. "No quise aceptarlo porque la verdad es que desde mi partido tampoco presenté candidatos a diputados nacionales. Pero el ofrecimiento de Sergio Massa para que lo acompañe en la fórmula presidencial es un honor en lo personal y una oportunidad para la provincia y por eso la acepté sin dudarlo. Además es una cuestión de lealtad hacia una persona que me acompañó desde el primer momento" aseguró.
Pocos minutos después la noticia era furor en las redes sociales y los noticieros develaban el misterio que daba por tierra con especulaciones catastróficas de que Massa declinaría su candidatura.
Desde ese momento hasta ayer, Sáenz mantenía reuniones permanentes con Massa y el equipo de campaña, mientras algunos en Salta se preguntaban con intencionalidad manifiesta si finalmente iba a renunciar a la intendencia o si su candidatura sería testimonial.
Es bueno recordar que la aceptación de Sáenz a la precandidatura como vicepresidente no implica ninguna incompatibilidad como intendente electo de la ciudad de Salta y que todo dependerá de los resultados que impongan los comicios hasta el 10 de diciembre próximo.
"Ni renuncio a la intendencia de Salta, ni soy candidato testimonial. Voy a trabajar por la gente; que se queden tranquilos. A mí me ofrecieron competir como precandidato a la vicepresidencia de los argentinos y eso es algo que posiciona a Salta legítimamente. Aquí no hubo especulación ni operaciones de prensa", aseguró.