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Sigue sin detenidos el caso del crimen de los ancianos

Miércoles, 24 de junio de 2015 00:00
Antonia Sarapura rompio en lanto al ver cómo trasladaban el cuerpo de su hermana.
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"Ella vivía en su casa y no molestaba a nadie. Hermanita ¿Por qué? Por Dios", se quebró en llanto Antonia Sarapura (73), mientras un vehículo del Departamento de Bomberos se llevaba los cuerpos de su hermana Vicenta Sarapura y su cuñado Juan Romero, ayer a las 3.29 en la calle Maipú 964 del barrio 20 de Febrero, en la zona norte de la capital salteña.
Vicenta y Juan fueron asesinados con saña. Los delincuentes utilizaron un arma blanca y les provocaron gravísimas heridas en el pecho y la espalda.
Alrededor de las 12.30, una vecina que llevaba a su hija al jardín de infantes pasó por la vereda de la casa de dos plantas, frente de ladrillos y totalmente asegurada con rejas, en la que vivía el matrimonio y observó sangre que salía por debajo de la puerta. Inmediatamente llamó al 911.
"Tuvieron una muerte violenta. En el lugar hay signos de eso. Los cuerpos, hallados sobre charcos de sangre, presentan heridas cortantes. Estaríamos frente a un intento de robo o ataque", informó la Policía desde el primer momento.
A las 13, la calle Maipú, entre Necochea y Ameghino se convirtió en un hervidero de policías, peritos del Cuerpo de Investigaciones Fiscales y de vecinos preocupados que se acercaban a ver lo que acontecía. El tránsito permaneció cortado en la zona.
Cuando los policías arribaron hallaron la puerta cerrada con llave. Una vez que accedieron encontraron uno de los cadáveres atrás de la puerta, en la sala y otro, sobre una cama, en una de las habitaciones. Una de las piezas estaba desordenada.
Un gran operativo se desplegó por parte de la comisaría 5, el Departamento de Investigaciones, Criminalística y el CIF.
Tres mujeres arribaron al lugar a las 14.15 y comenzaron a gritar "¿Qué pasó? No otra vez, ya nos mataron a un tío". Eran las sobrinas de Juan.
Lloraban desconsoladamente y tuvieron que ser contenidas por policías y funcionarios del Poder Judicial.
La cúpula policial se hizo presente en la escena del crimen. En tanto, el fiscal penal Pablo Paz concretó una inspección ocular, mientras peritos del CIF recogían indicios.
La principal hipótesis que maneja la Policía es la de un intento de robo. Según testimonios de vecinos, la pareja habría cobrado la jubilación y el aguinaldo recientemente.
Aún no se estableció la data de las muertes, pero se presume que los asesinatos de los ancianos, quienes vivían solos, se habrían producido entre la madrugada y mediodía de ayer.
"Una de las hipótesis es que regresaban a su casa y en ese momento fueron atacados. No se descarta que alguien conocido por ellos esté vinculado a los homicidios", informaron fuentes policiales.
En la zona no hay cámaras de video vigilancia, lo cual es perjudicial para la investigación.
Hasta el cierre de esta edición se aguardaban los resultados de las autopsias y no había detenidos.
Testimonios
Los ancianos asesinados eran apreciados por sus vecinos. Vicenta se jubiló como enfermera y Juan fue empleado de Vialidad Nacional. Gran congoja, malestar, indignación y temor manifestaron los vecinos de la villa 20 de Febrero por lo ocurrido.
"Eran bien educaditos. Un buen matrimonio. Que tristeza", manifestó una vecina que vive frente a la casa de los infortunados ancianos.
"Hay un baldío a media cuadra que funciona como aguantadero. El paco hace estragos en nuestro barrio. Hay gente que vende droga en nuestras narices. Los chicos roban para drogarse. Ya hubo robos en varias casas", añadió otra vecina.
"A mí me desvalijaron dos veces. Estoy aterrorizada con esto. Los abuelitos eran muy reservados", dijo otra residente de la cuadra.

Cuatro homicidios en poco tiempo
Inocencio Torres y Mariano Dionisio, las últimas víctimas. Con este doble crimen, ya son cuatro los ancianos asesinados en ocasión de robo en los últimos tiempos.
El 12 de junio pasado, Inocencio Torres fue hallado muerto por su hijo en su casa, en la localidad Padre Lozano, perteneciente al departamento General San Martín. Había sido asesinado a golpes por ladrones que habían irrumpido en su casa para robar, pero al verse descubiertos por el hombre tomaron un elemento contundente y lo golpearon en la cabeza hasta matarlo.
Luego se llevaron 800 pesos correspondientes a la pensión de Torres. Dos menores de 14 y 16 años y dos hombres de 18 y 36, quienes viven en ese pueblo confesaron el crimen. El mayor de ellos confesó que mató al anciano. Los otros tres actuaron como cómplices.
El 3 de mayo pasado, a las 23.30, fue asesinado el comerciante en Campo Quijano Mariano Dionisio (88). Tenía un negocio en la entrada del pueblo y fue sorprendido, aparentemente, por dos delincuentes, quienes robaron bebidas, dinero y hasta un equipo de música.
El comerciante intentó reaccionar pero recibió un tremendo golpe en la cabeza de los malvivientes, quienes lo dejaron tirado en el piso inconsciente.
Cuando el hombre de Campo Quijano era trasladado en código rojo hacia el hospital San Bernardo, murió.

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