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Por esa razón, la semana pasada, tres mujeres de ese grupo de familias, denominado Madres sin Techo, se encadenaron en un árbol cercano a la ruta nacional 34, exigiendo con esta medida extrema ser escuchados por las autoridades locales y provinciales.
Esa medida tampoco prosperó, por lo que el martes, antes de que se inicie la jornada laboral de los municipales dos de ellas se volvieron a encadenar, esta vez en la puerta de acceso a la comuna.
"Queremos hablar con el intendente, que nos dé una solución, necesitamos una vivienda propia", expresaron Patricia Padilla y Mercedes Chocobar, las dos mujeres encadenadas a la puerta.
Alrededor de las 10, fueron recibidas por el intendente Daniel Segura, quién les propuso una solución, que no sería a corto plazo, como la compra de nuevos terrenos.
El secretario de Gobierno, Dante Giménez, explicó la operatoria. "Lo vamos a hacer es un proyecto de ordenanza, solicitando al Deliberante nos autorice a tomar un préstamo de $10.000.000, que será invertido en la compra de terrenos. Con esa cantidad podríamos dar solución a estas 45 familias y quizás a algunas otras, porque son muchísimas las que elevaron pedidos similar el mes anterior".
Con esta propuesta, las familias del grupo Madres sin Techo levantaron en forma definitiva la protesta y se encuentran a la espera de una respuesta, ahora, de los ediles.
"Esperamos que cumplan la promesa. No queremos causar problemas, pero estamos desesperadas", dijo Patricia Padilla, una de las madres.