Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
12°
11 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Laberintos Humanos. Buscando al Mayor Benítez

Jueves, 18 de febrero de 2016 00:30
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Laberintos Humanos. Buscando al Mayor Benítez

Adalberto había tomado la precaución de fotocopiar un diario viejo, tapando una de las noticias con una hoja en blanco. Y en ese espacio, desde la pieza del hotel donde se había escapado de su esposa, escribía detalles de la Guerra de Estocolmo, donde había dicho en su casa que lo mandaron como corresponsal de guerra.

Sin pensar que su superior debía ser el director del medio gráfico, a los cuatro días escribió que el jefe del estado mayor le ordenó que buscara al mayor Benítez, que se había perdido cuando lo enviaron a una misión suicida. Adalberto se sentía orgulloso porque creía que escribía con palabras propias de un corresponsal de guerra, dobló la fotocopia, la puso en un sobre y fue al correo para mandársela a su esposa.

A los tres días escribió otro artículo diciendo que en los alrededores de Estocolmo nadie les podía dar noticias de ese tal mayor Benítez, probablemente porque nadie entiende nuestro idioma, acotó envanecido creyendo que su ingenio rozaba formas sublimes. Esperó dos días más, y escribió otro artículo en el que revelaba que un changuito le dio noticias del hombre perdido.

Escribió que el changuito le dijo que vio a un soldado con uniforme de mayor, que llevaba en el bolsillo de la camisa una placa que decía: mayor Benítez, que se había perdido en la selva tras el rastro del enemigo, y dibujó en una servilleta de papel el mapa que debía guiarlo para cumplir con su misión. Acaso por varios días no tengan noticias mías, escribió Adalberto, porque en esa selva me dicen que no hay correos.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD