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El nitrato de amonio sigue dividiendo al pueblo

Sabado, 06 de febrero de 2016 01:30
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La instalación de una planta de nitrato de amonio en El Galpón divide a los pobladores desde hace varios años. Mientras unos consideran que es peligrosa por la contaminación ambiental, algunos otros piensan en los puestos de trabajo que puede generar esta actividad si se sigue desarrollando. Pero después del temblor, se sumó un elemento más al debate: la gente tiene temor de los accidentes que pueden generarse con los materiales que se manejan en este tipo de industrias ante un nuevo movimiento sísmico.
El proyecto de construcción de la planta, que se extendería por dos años y que ya empezó hace varios meses, implicaría la generación de 400 puestos de trabajo. Una vez concluida esa etapa y ya con la planta en funcionamiento, el beneficio de empleos se reduciría a 120.
En 2009 la empresa de capitales estadonunidenses, Austin Powder, se abrió camino en Salta iniciando conversaciones con las autoridades locales para instalar en El Galpón una planta de nitrato de amonio.
Químicamente es un tipo de sal que, mezclada con otros compuestos, combustibles y nitrometanos, producen un explosivo que se usa en la megaminería.
Según informa Austin, el volumen de producción que esperan tener es de más de 260 toneladas de nitrato de amonio por año, de las cuales el 85% se destinará a explosivos y el otro 15% a fertilizantes.
Sólo para tener una referencia de lo que esos números significan, el atentado a la Asosiación Mutual Israelita Argentina (AMIA) se provocó con una bomba que contenía 300 kilos de nitrato de amonio.
El 5 de marzo de 2010, la trasnacional rubricó un contrato con el Gobierno de la Provincia en el que se concedía el gas que usará la empresa por un monto fijo.
La cifra, por aquel entonces, significaba una cuarta parte de lo que pagaban los usuarios por el servicio. El acuerdo se extiende por diez años y contempla la provisión de 250.000 metros cúbicos por día.
Si se tiene en cuenta que el contrato estipula mantener el precio fijo para Austin, cuanto más aumenta el precio para los usuarios domiciliarios, más grande se hace la desproporción con la magra suma que paga la empresa.
En 2010, cuando ese contrato fue firmado, los vecinos de El Galpón no estaban enterados de la intención de Austin de instalar una planta allí.
"La primera audiencia pública no vinculante que tuvimos fue el 15 de junio de 2012", afirma Jesús Moyano, y acota: "Antes de eso no sabíamos nada sobre Austin".

Impacto ambiental de la planta
El informe que presentó Austin recibió más de veinte observaciones. Muchos vecinos de El Galpón reclaman porque el Gobierno no cumplió con los pasos necesarios antes de autorizar la instalación de la planta de nitrato. De hecho, señalan que no hubo consultas a la comunidad.
Uno de los requisitos que deben cumplir las industrias para instalar este tipo de emprendimientos es la presentación de un informe de impacto ambiental.
El informe que presentó Austin fue evaluado por el Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), que le hizo más de una veintena de observaciones. El CIF informó: "Por tratarse de una industria de alto impacto ambiental y alto índice de riesgo, se hace menester proceder a una reevaluación del estudio de impacto ambiental con la ingeniería de detalle".
En el mundo
Las plantas de nitrato de amonio tienen antecedentes en lo que se refiere a accidentes.
En muchos casos, estas industrias tienen un volumen de producción de explosivos tan grande que cualquier incidente implica serios riesgos.
El caso más reciente ocurrió en Tianjin, en China, en agosto del año pasado. Murieron 56 personas y hubo más de 700 heridos.
El primer antecedente del siglo XX fue en New Jersey, Estados Unidos, el 4 de octubre de 1918. El 21 de setiembre de 1921 se produjo un accidente en Oppau, Alemania, en el que murieron 450 personas.

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