¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
18°
10 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Laberintos humanos. Grises y amarillos

Domingo, 07 de febrero de 2016 01:30
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Laberintos humanos. Grises y amarillos

Cuando el relámpago partió la tormenta gris con su zurcido amarillo, los cuatro alzamos los ojos para verlo. Luego estalló el redoble de su furia, haciendo eco en los recovecos del cerro, momento que aprovechó el Varela para descargar la fuerza de su brazo bajo el vientre de Michael Jackson, que se arqueó.

En el extremo de su brazo estaba su largo chuchillo, cuyo metal brilloso asomó entre las vértebras de la espalda del bailarín. Carla Cruz se acercó a los contendientes pisando la sangre, ya diluida en la tierra con el agua de la lluvia. Tomó a Jackson de los hombros para que echara su cabeza hacia atrás y verle la cara.

Aún vive, dijo con el dolor de comprender que la pelea debía continuar, pero su cuerpo se le fue contra las piedras del muro del polideportivo, y abrió los brazos buscando de dónde agarrarse. Y cuando el Varela ya corría para ensartarlo definitivamente en su faca, ella lo detuvo, como se detiene a un toro, para reclamarle que ya era suficiente.

Michael Jackson se resbaló, con las espaldas contra la pared, sobre sus propios tobillos. Quién sabe si aún vivía. Carla Cruz lo tomó del brazo al Varela para ayudarlo a andar. Bajamos lentamente y asombrados por la calle Lavalle, del lado de la iglesia, cuando nos cruzamos con gente que subía en sentido contrario.

Quién sabe hacia dónde irían. No nos importaba, y hasta deseamos que le echaran una mano a Jackson, herido contra el muro pero siempre el eximio bailarín de hace algunas décadas. Cada día Tilcara está más insegura, aseguró el Varela.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD