Pasaron los días y en la sesión del 22 de mayo, el Congreso, solicitó informes sobre los preparativos para "celebrar públicamente y con toda solemnidad, el sexto aniversario de la Revolución de Mayo, a cuya ceremonia asistirá el Congreso en corporación".
Al día siguiente, se reunió nuevamente el Congreso el cual, luego de analizar los actos celebratorios programados, hizo una exhortación pública antes de pasar a un breve receso.
El mal tiempo
Finalmente llegó el 25 de mayo de 1816, el día tan esperado por el Soberano Congreso para celebrar por primera vez el día de la Revolución de Mayo.
Lamentablemente, el mal tiempo impidió toda exteriorización popular y la realización de los actos organizados al aire libre por orden del Soberano Cuerpo debieron ser dejados sin efecto .
Según cuenta El Redactor: "El mal tiempo reinante en esta capital, ha sido la causa que obligó a las autoridades a suspender los actos que se habían programados para el celebratorio del 25 de mayo de 1810. La intensa lluvia que se registró desde las primeras horas de la mañana impidió esos actos en los cuales iban a tener evidente participación los miembros del Soberano Congreso Nacional, reunido en esta ciudad. Los actos celebratorios han sido transferidos para mañana (26/5/1816)".
Un día después
El 26 de mayo de 1816, El Redactor, órgano oficial del Congreso de Tucumán, dijo: "Una sesión extraordinaria en homenaje a la Revolución del 25 de mayo de 1810, cuyo sexto aniversario se cumplió ayer, realizó hoy el Congreso nacional. Bajo la presidencia del R. P. Castro (La Rioja), los representantes de los pueblos reunidos extraordinariamente dieron público testimonio de honor, gratitud y gloria, al momento consolador de esta parte de la América. Una comisión compuesta de los señores presidente Castro, vice presidente Gastón, y diputado R. P. Rodríguez, fue destinada para dirigirse al sagrado templo del Dios de la Patria. Lo hizo acompañada del jefe de la Provincia, Ayuntamiento y demás corporaciones que la precedieron en su majestuosa marcha hasta la Iglesia de San Francisco, donde asistió a la solemne misa en acción de gracia, con oración patriótica del R. P. José Molina. Concluida esta sacrosanta ceremonia, regresó la comisión a la sala de sesiones, y en ella el cuerpo soberano recibió cordiales plácemes y felicitaciones de todo el pueblo. Con lo que terminó la sesión".
Empeño del Congreso de Tucumán
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Pasaron los días y en la sesión del 22 de mayo, el Congreso, solicitó informes sobre los preparativos para "celebrar públicamente y con toda solemnidad, el sexto aniversario de la Revolución de Mayo, a cuya ceremonia asistirá el Congreso en corporación".
Al día siguiente, se reunió nuevamente el Congreso el cual, luego de analizar los actos celebratorios programados, hizo una exhortación pública antes de pasar a un breve receso.
El mal tiempo
Finalmente llegó el 25 de mayo de 1816, el día tan esperado por el Soberano Congreso para celebrar por primera vez el día de la Revolución de Mayo.
Lamentablemente, el mal tiempo impidió toda exteriorización popular y la realización de los actos organizados al aire libre por orden del Soberano Cuerpo debieron ser dejados sin efecto .
Según cuenta El Redactor: "El mal tiempo reinante en esta capital, ha sido la causa que obligó a las autoridades a suspender los actos que se habían programados para el celebratorio del 25 de mayo de 1810. La intensa lluvia que se registró desde las primeras horas de la mañana impidió esos actos en los cuales iban a tener evidente participación los miembros del Soberano Congreso Nacional, reunido en esta ciudad. Los actos celebratorios han sido transferidos para mañana (26/5/1816)".
Un día después
El 26 de mayo de 1816, El Redactor, órgano oficial del Congreso de Tucumán, dijo: "Una sesión extraordinaria en homenaje a la Revolución del 25 de mayo de 1810, cuyo sexto aniversario se cumplió ayer, realizó hoy el Congreso nacional. Bajo la presidencia del R. P. Castro (La Rioja), los representantes de los pueblos reunidos extraordinariamente dieron público testimonio de honor, gratitud y gloria, al momento consolador de esta parte de la América. Una comisión compuesta de los señores presidente Castro, vice presidente Gastón, y diputado R. P. Rodríguez, fue destinada para dirigirse al sagrado templo del Dios de la Patria. Lo hizo acompañada del jefe de la Provincia, Ayuntamiento y demás corporaciones que la precedieron en su majestuosa marcha hasta la Iglesia de San Francisco, donde asistió a la solemne misa en acción de gracia, con oración patriótica del R. P. José Molina. Concluida esta sacrosanta ceremonia, regresó la comisión a la sala de sesiones, y en ella el cuerpo soberano recibió cordiales plácemes y felicitaciones de todo el pueblo. Con lo que terminó la sesión".