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La actitud de los gobernadores al salir de la Casa Rosada pareció contemporizadora.
No se cerró el “paquete” pero todo indica que solo quedan ajustar detalles. Detalles que no son menores, por cierto.
El acuerdo por el Fondo del Conurbano Bonaerense beneficia a Buenos Aires: esa provincia recibirá unos 20.000 millones adicionales el año que viene. No son los 60.000 que pretendía (el 10% de Ganancias) de acuerdo a la ley de 1995, pero son más de 1.000 millones de dólares. Hace 22 años, Menem le había asignado 650 millones de esa moneda. Los tiempos cambian, y el cambio, también. Los gobernadores se llevaron la palabra presidencial de que los acuerdos particulares con cada provincia compensarán lo que puedan perder con el cambio en Ganancias. También se fueron satisfechos porque se resolvió el problema con el impuesto al vino, al bioetanol y a otros productos regionales.
Macri no logró ayer el consenso para el paquete de reformas pero todo indica que lo conseguirá en las próximas semanas.
Los cambios son complejos. La “letra chica” de la que habló Urtubey aún no se dio a conocer. Es probable que muy pronto esté redactada, pero no se trata solo de distribución de la masa coparticipable. La reforma laboral combinada con la tributaria afecta de diversas maneras a las economías regionales ya que no necesariamente lo que es alentador para las grandes compañías lo es para las pymes.
La pregunta que todavía no tiene respuesta definitiva es si el paquete de reformas es una solución de emergencia, si responde a un proyecto de desarrollo global del país o si se trata de un conjunto de medidas destinadas a modernizar la economía de la zona ya desarrollada, la región central que concentra mercado y electorado.