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Rodrigo: el ejemplo de que cuando se quiere se puede

El adolescente no deja de ayudar a su familia ni de estudiar. La historia de este jovencito oranense conmovió a muchos vecinos.
Lunes, 04 de diciembre de 2017 00:00
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Una foto de Rodrigo estudiando mientras vende sandías en un puesto callejero revolucionó las redes sociales, como ejemplo de sacrificio y voluntad. Rodrigo Durán tiene 14 años, en un muchacho de pocas palabras y mirada profunda, que va a segundo año de la escuela técnica 3134.

La vida lo golpeó fuerte y sin embargo decidió salir adelante, ayudando a su familia, pero sin descuidar sus responsabilidades de alumno.

Nació en el seno de una familia muy humilde y es el mayor de cuatro hermanos. Su mamá, Andrea, trabaja en las quintas, cosechando y su padre los dejó solos hace un año.

Con mucha tristeza pero con una madurez poco común para su edad, decidió ayudar a su madre porque a veces no tenían ni para comer.

Fue entonces que acudió a su abuelo, Andrés, para que lo dejara ganarse unos pesos, vendiendo sandías en un puesto callejero ubicado en la esquina de Belgrano y Moreno, a lo que el abuelo accedió, pero con la condición de que no dejara de estudiar.

Don Andrés Perea es un hombre conocido en Orán porque hace años se dedica a la venta de frutas en la calle.

Ahora, Rodrigo también es conocido por mucha gente, desde que comenzó a ayudar a su abuelo. Pero se convirtió en un ejemplo luego de que un vecino compartiera en las redes sociales una foto donde se lo ve estudiando en su netbook, en el puesto de venta.

"En la situación que él vive podría haber elegido el camino más fácil, pero eligió el sacrificio", remarcó su abuelo con una sonrisa que no podía ocultar su orgullo.

Una madre agradecida

Por su parte, Andrea, la joven madre, expresó sin tapujos que el chico "es mi gran orgullo. Aunque yo no lo obligo a que vaya a vender, él ve la situación en la casa y de él nace hacer lo que hace. Yo, como su madre, trato de apoyarlo en todo siempre y cuando no abandone el estudio".

"Doy gracias a Dios que es un chico muy responsable, que no sale a la calle si no me pide permiso. Yo trato de ser su amiga, su compañera, pero sobre todo su mamá, aunque a veces me duele el hecho de que él trabaje... pero la situación en que estamos es difícil", agregó la mujer.

Y también: "Lo que gana lo ocupa en comprarse las cosas del colegio y tiene para sus gastos personales, yo trato de darle lo mejor a mis hijos, pero a veces cuesta mucho. Solo me queda rogarle a Dios que me dé la fuerzas suficientes para poder sacar adelante a mis cuatro hijos".

Esta historia emocionó a muchos oranenses por ser un ejemplo de sacrificio, motivación y voluntad. Así fue que un día lo sorprendió el señor José Dimas en representación de la empresa Abra del Sol y le regaló 70 sandías para que él pudiera continuar la venta. "Me alegró recibir eso porque genera más ganancias para ayudar a mi familia", dijo.

Rodrigo tiene un claro objetivo que es ayudar a su madre a construir otra pieza y asegurar las chapas, ya que viven hacinados en una precaria habitación del barrio Malvinas.

 

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