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Por María Belén Zannier
Saltos, equilibrio, figuras estáticas y mucha fuerza. La destreza de Juan Carlos y Facundo Martel se evidencia en cada presentación, en la que desafían sus propios límites en los cautivantes entramados de la gimnasia acrobática, también llamada acrosport.
Sus rutinas incluyen acrobacias, figuras, como torres humanas, y saltos, tanto en suelo como en tela. Esto último les brinda, además, un cierto e inconfundible tinte circense.
También se destacan por sus destrezas en anillas, barras, paralelas y trapecios.
Hasta hace un tiempo participaban en competiciones, pero actualmente están dedicados de lleno a la presentación en diversos eventos en la ciudad y fiestas privadas, como cumpleaños y casamientos, entre otros. También se dedican a preparar a chicos interesados en esta rama del deporte.
Juan Carlos tiene 21 años y Facundo 23, ambos son instructores de gimnasia acrobática y cuentan con numerosos adeptos, fascinados por la creatividad y audacia de esta disciplina, aún no muy común en Salta.
Su pasión por la gimnasia acrobática comenzó hace unos ocho años aproximadamente. Ambos eran adolescentes y empezaron a practicar acrosport en la secundaria. Desde entonces no dejaron más esta disciplina.
Los dos hermanos se encuentran cursando el Profesorado y Licenciatura de Educación Física, en consonancia con su inclinación marcadamente deportiva. “Comenzamos cuando tenía 14 años y mi hermano 13 en la Escuela de Circo de Salta. Sentíamos que esa nuestro deporte. Nos gusta mucho competir en los distintos aparatos”, contaron ambos a El Tribuno, en la trastienda del gym en el cual dan clases de gimnasia artística y acrobática.
“Siempre que podemos nos presentamos en cumpleaños, eventos empresariales y demás. Actuamos en varios lugares, como teatros y programas de TV”, destacó por su parte Juan Carlos.
Una de las cosas que más les gusta es la sensación de libertad al practicar las rutinas y la posibilidad de dar alegría a la gente.
“Nos gusta mucho ver felices a las demás cuando presencian lo que hacemos. Nos sentimos muy libres, es como volar”, afirmó Facundo Martel.
Entre los desafíos que deben enfrentar se topan con la formación y el perfeccionamiento. “Lo ideal es superarnos día a día para sacar nuevas figuras y renovar todo el tiempo coreografías”, destacó Juan Carlos.
Para Facundo, los inconvenientes también impactan desde lo personal. “Un obstáculo a veces es el miedo que nos genera realizar nuevas figuras. Es algo que, por suerte, vamos enfrentando”.
Los chicos cuentan con el apoyo incondicional de su familia, que en todo momento los acompañó en este camino entre el arte y el deporte.
“Nuestra familia está orgullosa de lo que hacemos, les gusta porque es una actividad deportiva sana y una pasión que ellos también disfrutan. Siempre nos dijeron que si es éste es nuestro sueño, que sigamos para adelante. El apoyo de la familia es fundamental para nosotros”, afirmaron.
Ambos hermanos coinciden en la persecución del mismo objetivo: contar con un espacio propio, un gimnasio en el cual dar rienda suelta a la práctica de todo tipo de disciplinas, con especial foco en el acrosport.
“Queremos poder transmitir a las personas la pasión por lo que hacemos y, a la par, poder enseñar. Lo cierto es que tenemos varios sueños y todos van ligados de la mano”, aseveró Facundo.
“A mí me encantaría lograr que todos los niños a los que les gusta la gimnasia acrobática puedan formarse y prepararse, a la par de participar en competiciones de nivel. En lo personal, espero poder dedicarme siempre a la acrobacia”, acotó Juan Carlos, añorando seguir creando arte en el aire junto a su hermano.
Ya en la antigua Grecia las acrobacias ocupaban un lugar fundamental y gozaban de mucha popularidad.
Por su parte, en el antiguo Egipto eran comunes las actuaciones acrobáticas y malabarísticas.
Durante los siglos IV al XIII, en Europa, creció de manera considerable el interés por la actividad circense, en donde los acróbatas propagaban su maestría por las calles de los pueblos y ciudades o en las distintas ferias.
En el siglo XX, la gimnasia acrobática pasó a ser considerada una disciplina deportiva. Tal es así que en 1973 fue incluida en la Federación Internacional de Deportes Acrobáticos y en 1999 en la Federación de Gimnasia.
Las acrobacias, saltos y figuras humanas se realizan con música. Los giros y movimientos se realizan en cooperación entre los integrantes del grupo.
Actualmente, el acrosport es un deporte de competición que cuenta con las siguientes categorías: parejas (mixtas, femeninas y masculinas), tríos femeninos, cuartetos masculinos y grupos mixtos, de entre 3 a 6 personas.
Entre las acrobacias, las más frecuentes son los volteos, mortales y flic-flac. A su vez, sobresalen los saltos tijeras, extendidos, agrupados y carpados.
También se incluyen figuras de equilibrio estático sobre brazos y piernas, y de corte dancístico, que le otorgan gracia y creatividad al espectáculo.
Los principales roles que se ejecutan son el portor, que deben soportar el peso del ágil, quien a su vez realiza los saltos y acrobacias.