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Débiles, indefensos y maltratados

Sabado, 22 de abril de 2017 00:00
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En diversas ediciones de El Tribuno los lectores hemos tomado conocimiento de múltiples situaciones de maltrato animal.

En algunas oportunidades, jóvenes desaprensivos protagonizaron la tortura de perros; en otras, las víctimas fueron pintorescos tucanes. El público también ha experimentado una profunda e irreprimible tristeza ante la noticia del inhumano trato dispensado a un noble equino a quien los vecinos que lo asistieron lo bautizaron con el nombre de Vicente, en recuerdo de la calle (Vicente López) en que se desplomó, víctima de explotación laboral.

Son situaciones aberrantes que mueven a la reflexión. Una primera observación indica la falta de apropiación de valores de respeto hacia todo tipo de vida, incluida la animal. Estos conocimientos deberían ser impartidos por la familia, y luego perfeccionados por las instituciones escolares.

Los carros son un signo

La visión de los carros con sus exhaustos caballos transitando por las calles de la ciudad fatiga la paciencia, hiere la sensibilidad de la ciudadanía que debe observar impotente tan lamentable escena. Este irregular comercio desnuda el retraso, la inequidad, la pobreza, la falta de políticas públicas en nuestra provincia. Es una imagen apropiada para los tiempos coloniales, pero no para el siglo de los drones y de la ultra tecnología. La sociedad y las autoridades deberían dirigir su mirada con actitud misericordiosa hacia estas problemáticas.

Perón, Mancha y sus perros

Gobernantes y gobernados suelen responder a un amplio espectro de ideologías, partidos políticos y creencias. Dentro de los cuadros de los afectos políticos, hay quienes se encolumnan tras la figura del extinto presidente Juan Domingo Perón, ícono e imagen epónima de vastos sectores partidarios. Ellos deberían recordar el afecto que tenía el difunto líder por su caballo pinto Mancha, con el que fuera retratado con gallardía en el histórico desfile en conmemoración del Año Sanmartiniano el 17 de agosto de 1950. La emblemática foto que inmortalizó la cámara del matancero Antonio Pérez es el póster eterno de unidades básicas y sindicatos. Ovejeros y galgos fueron sus compañeros en su casa familiar.

Es también proverbial el cariño del matrimonio María Estela Martínez y Perón por los caniches. Ellos fueron la más fiel compañía durante el ostracismo en España. A la residencia madrileña acudían dirigentes políticos, sindicalistas, profesionales, periodistas y artistas, entre otros personajes anhelantes de una entrevista con el general. Allí los recibía rodeado de sus mascotas. Son muchas las fotografías que los muestran junto a Puchi, Monito, Tinolita y Canela. No solo es cuestión de utilizar su figura con fines electorales. Sería conveniente apropiarse de este ejemplo que humaniza y hace grata la figura de quien fuera tres veces presidente de la Nación y de su segunda esposa.

Animales e indigenismo

Hay un sector de la sociedad, marcado por una fuerte impronta indigenista. Ellos debieran recordar la belleza del discurso del jefe Seattle de la tribu suwamish, dirigidas al presidente de los Estados Unidos Franklin Pierce en 1854, por la posesión de unas tierras, y del que extraemos un fragmento: "Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el ciervo, el caballo, el gran águila, son nuestros hermanos. Los picos rocosos, los surcos húmedos de las campiñas, el calor del cuerpo del potro y el hombre, todos pertenecen a la misma familia. ... ¿Qué resta de la vida si un hombre no puede oír el llorar solitario de un ave o el croar nocturno de las ranas alrededor del lago? El indio prefiere el suave murmullo del viento encrespando la superficie del lago, y el propio viento, limpio por una lluvia diurna o perfumado por los pinos". Mensaje emocionante y ejemplo de profundo respeto por los bienes que nos prodiga generosa la Naturaleza.

Fray Escoba

Otra parte de la comunidad, hace gala de su adhesión a principios religiosos. Ellos debieran recordar la misericordiosa relación de hombres y mujeres píos para con los animales. Ricardo Palma nos relata en sus Tradiciones Peruanas que San Martín de Porres, el mulato limeño; conocido entre sus contemporáneos como "Fray escoba"; tenía control sobre la naturaleza y que los animales atendían a sus mandatos. Así el santo en su infinita bondad logró disciplinar a la ratonil muchitanga que invadía los claustros y los invitó, tratándolos de "hermanitos" para que se afincaran en la huerta del convento. Allí eran alimentados por Martín. En una oportunidad, tres comensales muy diferentes hubieron de compartir una misma vianda: Palma concluye su narración describiendo como el santo logró el milagro: "Y comieron en un plato perro, pericote y gato".

El santoral nos ofrece a San Antonio Abad, santo protector de los animales, quien vivió entre los siglos III y IV como eremita en el desierto egipcio. En la iconografía se le representa con un jabalí a sus pies, merced al recuerdo de un milagro: en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos que estaban ciegos, en actitud de súplica. Antonio curó la ceguera de los animales y desde entonces la madre no se separó de él y lo defendió abnegadamente.

Muy celebrado es San Roque, nacido en Montpellier, cuya representación en las artes plásticas lo muestra vestido de peregrino con bordón, sombrero y capa, herido en una pierna y acompañado de un perro llamado Rouna. Roque atendió a los enfermos de peste negra que diezmó a la población europea en la baja edad media.

Ayudó a cavar tumbas y sepultar, ya que nadie se quería acercar a los cadáveres. A consecuencia de ello contrajo la enfermedad. Su cuerpo se llenó de úlceras. Se retiró a una cueva, donde apareció un perro que le llevaba cada día una rosquilla de pan que hurtaba de la mesa de su amo, y además le lamía las úlceras que la enfermedad había producido en su cuerpo. La mascota pertenecía a Gottardo Pallastrelli, burgués que siguió al can hasta que encontró a Roque y lo hospedó en su casa en tanto completaba su curación.

San Francisco de Asís, hablaba con los animales, tratándoles como sus hermanos y considerándolos en sus escritos como criaturas de Dios. Se le representa rodeado de animales como palomas y lobos. El 4 de octubre, fecha de su fallecimiento es el Día Internacional de los Animales.

La hazaña de los criollos

Los tradicionalistas encontrarán entrañable la hazaña de Gato y Mancha, caballos criollos que marcharon desde Buenos Aires hasta Nueva York, ciudad en la que entraron triunfales un 20 de septiembre de 1928; luciendo la destreza de esta representación de nuestra tierra. Fue una travesía de 3 años, 4 meses y 6 días y conducidos por el suizo Aimé Félix Tschiffely, quien forjó una amistad eterna con los caballitos.

Así también el caballo es olvidado protagonista de todas las conquistas, y su participación en nuestras campañas libertadoras fue fundamental. La Independencia lo tiene como protagonista. Asaz importante fueron las mulas en la historia local, a ella se debe la prosperidad económica que hizo de Salta una ciudad rica en los tiempos coloniales.

La vaca argentina

El empresario de la carne; devenido en mediático bailarín; José Alberto Samid, apropiadamente dedica a la vaca, su libro “Historia de la carne”, reconociendo con justicia, que “ajena a los intereses políticos y económicos que se movilizan a su alrededor, ella nos ofrenda generosamente su vida para sostener la nuestra. Sufre con estoicismo sequías e inundaciones en campos que deberían ofrecerle mejores condiciones de vida. El hombre lo aprovecha todo de la vaca, pero ella nunca se aprovecha del hombre”. Justiciero reconocimiento para un animal que ha forjado muchas fortunas, y que motorizó por siglos la economía y política argentina. 

Abundan los ejemplos de personajes que a lo largo de la historia han actuado a favor de estas admirables criaturas. No es posible citar en este generoso espacio a todos aquellos que en su relación con el mundo animal demostraron ejercer con criterio y responsabilidad, su rol de Humanos en la escala de la creación. 

¿Cómo resolver las grandes problemáticas desde lo macro (inseguridad, narcotráfico, inflación, femicidios, violencia, calidad educativa) cuando no se soluciona lo micro, que es, entre otras cosas poner fin al maltrato animal?
Nuestra deuda pendiente

Erradicar las problemáticas que trae aparejada la relación irresponsable de la población con el mundo animal, evitar imágenes patéticas que transitan diariamente por nuestras calles, es un imperativo para autoridades y comunidad en general.

No menor es el rol que debe asumir la escuela en la formación integral del individuo. No basta con suministrar contenidos conceptuales y procedimentales en los diversos campos disciplinares. Es menester comprender la potencia que tiene el área actitudinal, sobre todo considerando el insólito grado de violencia que habita nuestro tiempo. El estado actual de la educación evidencia un gravísimo deterioro en su calidad educativa. El objetivo no puede limitarse a revertir conocimientos; el desafío mayor es la apropiación de valores. La falta de respeto de parte de jovencitos por la vida animal, en el espacio periodístico es una noticia; pero configura una evidencia acotada de la falta de aprendizajes eficaces. De ello deviene la marginalidad, que no sólo engloba carencias materiales, sino afectivas y espirituales. Es en ese territorio en el que debe incidir la escuela y es allí donde radica la deuda que esta tiene para con la sociedad. En el contexto de nuestro tiempo, los animales por su carácter de irracionales, carecen de derechos, de voz, de protección, pero muchos de ellos son obligados obreros sin sueldo, canes en rol de cuasi guardaespaldas y forzados cuidadores de personas a quienes las fuerzas de seguridad no protegen, mascotas acompañantes y contenedores de ancianos para quienes el abandono y la desprotección es la única realidad. 

En la Creación, el hombre es rey. No ha sido puesto en ella para ser su destructor o su verdugo. Se debe comprender que los recursos que la Naturaleza nos brinda, han de ser racionalmente utilizados para la supervivencia humana. Consideremos que la condición de hombre implica un compromiso y una responsabilidad no solo con nuestros semejantes sino con todos los seres vivos, independientemente de la idea política o religiosa que profesemos. Y quienes gobiernan, deberían diseñar políticas responsables para con todos los seres de la creación. Esos seres deben visibilizarse, ya que ellos hacen nuestra vida posible.

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