Históricamente desde el inicio del fútbol en Salta, los clubes no le cobraban ninguna cuota a los chicos para jugar en sus divisiones inferiores.
Durante ese tiempo, las instituciones formaban y contenían a miles de chicos con el esfuerzo dirigencial y sin pedirle nada a nadie. Incluso hasta le daban a los pequeños zapatillas para jugar, en caso de ser necesario.
Pero las cosas han cambiado en estos tiempos. La economía afectó el bolsillo de la población y, por ende, también a los clubes, que de alguna manera para tratar de mantener los recursos de sus divisiones formativas buscan alternativas. Los padres no pueden solventar los gastos de sus hijos y mucho menos pagar una “cuota” para jugar en las inferiores.
Cada club tiene sus propias reglas que se detallan a continuación.
En Gimnasia y Tiro se cobra una cuota de socio cadete ($320) y otra de inferiores ($250) para los chicos que juegan. Esto hace un total de $570. Con ese dinero, el niño o joven recibe toda la indumentaria oficial para jugar y entrenar. Además, el club se hace cargo del transporte los fines de semana. “Los que no pueden abonar no juegan y tampoco pueden entrar al predio en Limache”, se quejó un padre que, por razones obvias se resguarda.
Juventud Antoniana es el único de los clubes “grandes” que no le cobra absolutamente nada a sus chicos. Las inferiores se mantienen por el aporte dirigencial y los donativos de socios como materiales para trabajar (pelotas, conos, juegos de camisetas, etc.). Incluso el transporte es pagado por los dirigentes. Si bien las divisiones inferiores del santo son una de las más criticadas por no tener espacio físico para entrenar y, muchas veces, por el descuido dirigencial, Juventud sigue siendo una de las mejores en Salta.
En Central Norte a los chicos se les empezará a cobrar $200 a partir de junio para realizar cualquiera de las tres disciplinas que cuenta la institución como fútbol, hockey y vóley. Pero aquellos que no puedan pagar venden rifas para poder solventar ese gasto. De esos doscientos pesos, cien irán para la disciplina y cien para la institución. Pagando esa cuota, al chico se le brinda indumentaria, servicio de kinesiología y transporte, mientras que un grupo de padres se hace cargo del merendero del club.
En Los Cachorros, ubicado en la zona sur de la ciudad, como política para todas sus disciplinas (béisbol, fútbol, hockey y softbol), se les cobra $300. Este arancel sirve para el mantenimiento del predio, la indumentaria, el transporte y la merienda. Con el objetivo de que el chico progrese, por ejemplo si en algún momento un jugador quiere dejar la institución, la dirigencia del tricolor le firmará automáticamente el pase a cambio también de ese aporte mensual que ha realizado mientras estuvo en el club.
En el club Sanidad, en la zona del barrio Castañares, no se le cobra nada a los chicos. La pilcha corre por cuenta de la institución mientras que los padres se hacen cargo de llevar a sus hijos u organizan la contratación de colectivos para ir a los partidos cada fin de semana. En San Martín, la dirigencia se hace cargo de todo, transporte e indumentaria; incluso en disciplinas como básquet y boxeo.
Además, los chicos tienen una contención en la institución del oeste donde se les brinda la merienda.
Atlético Mitre solo pide una colaboración de $100 para gastos de transporte y el clásico sandwich luego de cada partido. Pero, por ejemplo, en el ciclón también se paga para jugar al hockey, no así para practicar handball.
San Antonio cobra una cuota pero la mayoría de los chicos no la abona. Más allá de eso, el club hace el esfuerzo para contar con la indumentaria y el transporte cada fin de semana. Dicen que es una obligación pagar, pero en ningún caso se les prohíbe a los chicos vestir la camiseta de la villa los fines de semana.
Camioneros Argentinos del Norte cuenta con mucho apoyo del sindicato. A los chicos no se les cobra nada para jugar, tampoco por el transporte, la indumentaria y el refrigerio.
En Pellegrini tampoco se exige un pago. La dirigencia se hace cargo de todo, también de la ropa. De todas maneras, se implementa un bono contribución de $30, que no es obligatorio, para colaborar con algunos de los gastos del club.
Clubes menores como Atlético Salta y San Francisco no le cobran a sus chicos por razones obvias. Están ubicados en zonas más vulnerables y todo se hace “a pulmón”. Estos clubes realizan un gran trabajo en la población. Incluso, los dirigentes y los profesores se hacen cargo del transporte y de algún sandwich para sus jugadores.
En Libertad, los niños de la novena y octava división pagan una cuota de $200, mientras que las demás divisiones hacen un pago voluntario. Eso sí, cada jugador debe comprarse la indumentaria del club.
Peñarol es otro de los clubes que no les cobra a sus chicos, les entrega indumentaria cada fin de semana y se les brinda una refrigerio luego de los encuentros.
Deportivo Unión y Deportivo Atlas mantienen a sus juveniles con el aporte de dirigentes y la ayuda que les brinda la Liga Salteña con materiales de trabajo. El club de villa Primavera, que inició este año su camino en las divisiones menores de la Liga, reclutó a cientos de niños y jóvenes sin exigencias para armar las bases de su semillero. Acá también se hace un esfuerzo grande para vestir y trasladar a los chicos, con la ayuda de socios y de los padres.
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Históricamente desde el inicio del fútbol en Salta, los clubes no le cobraban ninguna cuota a los chicos para jugar en sus divisiones inferiores.
Durante ese tiempo, las instituciones formaban y contenían a miles de chicos con el esfuerzo dirigencial y sin pedirle nada a nadie. Incluso hasta le daban a los pequeños zapatillas para jugar, en caso de ser necesario.
Pero las cosas han cambiado en estos tiempos. La economía afectó el bolsillo de la población y, por ende, también a los clubes, que de alguna manera para tratar de mantener los recursos de sus divisiones formativas buscan alternativas. Los padres no pueden solventar los gastos de sus hijos y mucho menos pagar una “cuota” para jugar en las inferiores.
Cada club tiene sus propias reglas que se detallan a continuación.
En Gimnasia y Tiro se cobra una cuota de socio cadete ($320) y otra de inferiores ($250) para los chicos que juegan. Esto hace un total de $570. Con ese dinero, el niño o joven recibe toda la indumentaria oficial para jugar y entrenar. Además, el club se hace cargo del transporte los fines de semana. “Los que no pueden abonar no juegan y tampoco pueden entrar al predio en Limache”, se quejó un padre que, por razones obvias se resguarda.
Juventud Antoniana es el único de los clubes “grandes” que no le cobra absolutamente nada a sus chicos. Las inferiores se mantienen por el aporte dirigencial y los donativos de socios como materiales para trabajar (pelotas, conos, juegos de camisetas, etc.). Incluso el transporte es pagado por los dirigentes. Si bien las divisiones inferiores del santo son una de las más criticadas por no tener espacio físico para entrenar y, muchas veces, por el descuido dirigencial, Juventud sigue siendo una de las mejores en Salta.
En Central Norte a los chicos se les empezará a cobrar $200 a partir de junio para realizar cualquiera de las tres disciplinas que cuenta la institución como fútbol, hockey y vóley. Pero aquellos que no puedan pagar venden rifas para poder solventar ese gasto. De esos doscientos pesos, cien irán para la disciplina y cien para la institución. Pagando esa cuota, al chico se le brinda indumentaria, servicio de kinesiología y transporte, mientras que un grupo de padres se hace cargo del merendero del club.
En Los Cachorros, ubicado en la zona sur de la ciudad, como política para todas sus disciplinas (béisbol, fútbol, hockey y softbol), se les cobra $300. Este arancel sirve para el mantenimiento del predio, la indumentaria, el transporte y la merienda. Con el objetivo de que el chico progrese, por ejemplo si en algún momento un jugador quiere dejar la institución, la dirigencia del tricolor le firmará automáticamente el pase a cambio también de ese aporte mensual que ha realizado mientras estuvo en el club.
En el club Sanidad, en la zona del barrio Castañares, no se le cobra nada a los chicos. La pilcha corre por cuenta de la institución mientras que los padres se hacen cargo de llevar a sus hijos u organizan la contratación de colectivos para ir a los partidos cada fin de semana. En San Martín, la dirigencia se hace cargo de todo, transporte e indumentaria; incluso en disciplinas como básquet y boxeo.
Además, los chicos tienen una contención en la institución del oeste donde se les brinda la merienda.
Atlético Mitre solo pide una colaboración de $100 para gastos de transporte y el clásico sandwich luego de cada partido. Pero, por ejemplo, en el ciclón también se paga para jugar al hockey, no así para practicar handball.
San Antonio cobra una cuota pero la mayoría de los chicos no la abona. Más allá de eso, el club hace el esfuerzo para contar con la indumentaria y el transporte cada fin de semana. Dicen que es una obligación pagar, pero en ningún caso se les prohíbe a los chicos vestir la camiseta de la villa los fines de semana.
Camioneros Argentinos del Norte cuenta con mucho apoyo del sindicato. A los chicos no se les cobra nada para jugar, tampoco por el transporte, la indumentaria y el refrigerio.
En Pellegrini tampoco se exige un pago. La dirigencia se hace cargo de todo, también de la ropa. De todas maneras, se implementa un bono contribución de $30, que no es obligatorio, para colaborar con algunos de los gastos del club.
Clubes menores como Atlético Salta y San Francisco no le cobran a sus chicos por razones obvias. Están ubicados en zonas más vulnerables y todo se hace “a pulmón”. Estos clubes realizan un gran trabajo en la población. Incluso, los dirigentes y los profesores se hacen cargo del transporte y de algún sandwich para sus jugadores.
En Libertad, los niños de la novena y octava división pagan una cuota de $200, mientras que las demás divisiones hacen un pago voluntario. Eso sí, cada jugador debe comprarse la indumentaria del club.
Peñarol es otro de los clubes que no les cobra a sus chicos, les entrega indumentaria cada fin de semana y se les brinda una refrigerio luego de los encuentros.
Deportivo Unión y Deportivo Atlas mantienen a sus juveniles con el aporte de dirigentes y la ayuda que les brinda la Liga Salteña con materiales de trabajo. El club de villa Primavera, que inició este año su camino en las divisiones menores de la Liga, reclutó a cientos de niños y jóvenes sin exigencias para armar las bases de su semillero. Acá también se hace un esfuerzo grande para vestir y trasladar a los chicos, con la ayuda de socios y de los padres.