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Alberto Antonio González había recibido su vivienda en el año 2010. Se fue a trabajar dos meses al campo y cuando volvió estaba otra familia viviendo en su casa.
Luego de haber estado inscripto 25 años en el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), todo parecía indicar que Alberto y su familia finalmente cumplirían el sueño de la casa propia, de tener un techo para olvidar los alquileres y las casas prestadas.
Alberto es exempleado de comercio y actualmente se encuentra pensionado por un problema de salud. En diálogo con El Tribuno, solicitó que su caso se haga público ya que la Justicia hasta ahora no le da respuestas y se encuentra viviendo en el hogar de sus padres, lo que a esta altura de su vida, le provoca un gran pesar.
"Yo me inscribí en el IPV por primera vez en el año 1985. Cuando en el 2009 fui a renovar mi carpeta me dicen que yo ya había sido beneficiado en el 2006 pero nunca me enteré. Entonces hice una serie de gestiones y, por suerte, en el 2010 me dieron la adjudicación directa de una casa y los papeles correspondientes", contó Alberto y agregó: "Como soy pintor, me fui por dos meses a hacer unos trabajos en el campo y cuando volví estaba esta familia allí diciendo que ellos eran los dueños de la casa".
"No sé qué hacer, el Juzgado en lo Contencioso y Administrativo no hace lugar a mi demanda y esa casa me corresponde legalmente", expresó González visiblemente apesadumbrado.
La víctima de esta supuesta usurpación indicó que la vivienda en cuestión se encuentra ubicada en la Manzana 38 del barrio Ricardo Alfonsín, conocido también como 126 Viviendas, al noroeste de la Ciudad Termal.
Al haber pasado ya casi siete años desde que una familia le usurpara la vivienda, González hizo un pedido público para que las autoridades del IPV y la Justicia le brinden una solución a su reclamo. Alberto espera recuperar la casa o que le adjudiquen otra unidad, por este daño que ha sufrido y que le arruinó la calidad de vida.