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20 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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La ruta 50, en compás de espera con cortes pautados

Los bagayeros siguen firmes, aunque parecen no ser tantos ahora.
Domingo, 04 de junio de 2017 00:00

Con un hermoso sol y la polución de mosquitos, el corte de ruta en el ingreso de la ciudad de Orán fue parte de una realidad completamente asumida por sus habitantes.

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Con un hermoso sol y la polución de mosquitos, el corte de ruta en el ingreso de la ciudad de Orán fue parte de una realidad completamente asumida por sus habitantes.

Nadie protesta por la forma del reclamo de los bagayeros.

Es llamativa la cordialidad entre vecinos, automovilistas de la zona e incluso de los camioneros y transportistas con los bagayeros.

No se puede entender este respeto si no se adentra en la importancia de estas personas en la economía de la ciudad y de municipios vecinos.

Muchísimas personas viven de alguna manera de esta actividad, en forma secundaria, y necesitan del flujo de dinero que ingresa día a día para que la ciudad funcione, no se corte el consumo y las calles sean incluso más seguras.

En este orden un conocido y caracterizado vecino de la ciudad explicó a El Tribuno que no es necesaria la presencia de los 5.000 bagayeros en la ruta para que la ruta esté cortada.

Eso indica que tanto las fuerzas de seguridad nacional como los vecinos de alguna manera comulgan con la causa de estas personas.

"Si quisieran ya habrían limpiado la ruta 50 y cualquier otra, pero después es la cosa", dijo el vecino con sabiduría de años de sufrimiento.

En tanto, un remisero de una localidad vecina dijo que "sin el movimiento de mercadería y los tours de compra, la cosa aquí se pondría de negro a muy negro".

Para graficar lo sostenido dijo que "en la ciudad debe haber cien carritos choripaneros, cientos de vendedores ambulantes de todo tipo de mercancía y cientos de visitantes, desde los grandes patrones a familias completas que eligen Orán para abastecerse de ropa y calzado, sobre todo las familias numerosas de los peones de Jujuy y el norte de Salta", explicó. Luego afirmó que "aquí todos los taxistas o remiseros tenemos unidades cero o en óptimo estado. Eso es posible porque hay pasajeros. Si la gente no viene, a quién vamos a transportar a la frontera. Aguas Blancas la tendríamos que entregar a Bolivia, como mínimo", graficó

En otro orden, los bagayeros dejaron entrar y salir a todas las ambulancias, a los médicos y a los profesores, también a los autos que transportaban chicos o bebés.

Es un corte de ruta sui géneris signado por ser hasta ahora muy pacífico, pero a la vez asusta a propios y extraños la fuerza de la juventud que mueve este trabajo informal, enraizado en este departamento del pobre y olvidado norte argentino. A pesar del corte y de todas las contrariedades que trajo aparejado, ayer hubo ventas en Bolivia, en la ciudad de Bermejo hay mercadería en los depósitos a la espera que liberen las rutas y el tránsito.

Muchos apostaron al desalojo violento, pero otros fueron más cautos, como el propio juez federal de quien depende la orden. El peso de la pulseada no está sobre la ruta 50, sino en el futuro de Orán en sí.

Esto lo saben perfectamente de una y otra orilla del Bermejo. "Si no podemos trabajar en esto seguramente habrá otras cosas para traficar a diario", sentenció ayer un protestante.

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