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Durante cinco días, el publicista argentino Daniel Gioffré (51) fue Rocky Balboa.
Fue el tiempo que permaneció en Filadelfia para hacer un documental sobre el emblemático personaje de Sylvester Stallone, a 40 años del estreno en nuestro país de la película que inauguró la mítica saga.
Fanático de la historia del boxeador de escaso talento y abundante coraje, Gioffré decidió convertirse en Rocky y reprodujo fielmente distintos pasajes de sus películas, como los entrenamientos previos a las gloriosas peleas con Apollo Creed. Pero lo hizo cuadro por cuadro y con cuidada precisión, reparando en las locaciones originales y en el plano exacto de cada una de las escenas.
La única asistencia que tuvo fue un camarógrafo y sin ningún tipo de apoyo ni presupuesto: el dinero corrió por su cuenta.
“Fueron días duros, con jornadas de grabación muy largas y corriendo con mucho frío. Empezábamos a filmar a las 7.30 con tres grados bajo cero, y terminábamos a última hora de la tarde, sin haber superado nunca los cinco grados. Tampoco podíamos cortar la calle: tuvimos que eliminar tomas muy buenas porque en un momento un auto pasó por delante o se cruzó gente. Pero le pusimos garra, y lo logramos”, explica Gioffré.