inicia sesión o regístrate.
En la zona sur de la ciudad, el barrio Santa Ana es uno de los más extensos, con sus etapas 1, 2 y 3. También tiene una villa, que fue uno de los sectores que más se pobló en el último tiempo.
Esa zona tiene demarcadas tan solo cuatro calles, Cuesta Abajo, Cambalache, Derecho Viejo y La Cumparsita, pero tan solo dos asfaltadas.
La urbanización comenzó con casas sencillas y aisladas unas de otras, separadas por espacios verdes.
Pero en los últimos años su composición cambió y las casas sencillas ahora comparten espacio con casas más grandes.
El vecindario creció y con él vinieron nuevas demandas. El acceso a las calles es una de ellas.
El croquis
De las cuatro arterias que hay, una está adoquinada y otra asfaltada, las dos restantes quedaron cómo eran, calles de tierra.
Más allá de los inconvenientes que supone vivir en una calle sin asfalto, los problemas llegan con las lluvias. Son caminos con pozos que cuando cae agua se vuelven lagunas que quedan por semanas hasta que el agua se evapora.
En estas épocas de incesantes tormentas, los grandes charcos llegan a quedar fijos durante casi todo el verano. A esto se le suma la caída de árboles.
Sin embargo, esto no es todo. Los vecinos se quejan porque las obras inconclusas que deja la empresa Aguas del Norte, con pozos abiertos y escasas o casi nulas señalizaciones, vuelve aún más difícil el panorama. Por esto muchas veces a los frentistas les cuesta llegar a sus casas.
Cansada de la situación, Esther Moya y Elo Gareca juntaron firmas y presentaron una nota en la Municipalidad. Con ese procedimiento pidieron asfalto para las dos calles que quedaron afuera de las obras. "Nos dijeron que las calles que faltan estaban incluidas en el proyecto inicial, pero que se quedaron sin plata", contó Esther. Hace cuatro años que se inauguró el adoquinado, la otra mitad de los vecinos espera su turno.
En la calle Derecho Viejo hay un gran árbol que se cayó y quedó sostenido por los cables de luz. Uno de los vecinos comentó que llamó al 911 para dar aviso, pero sin obtener solución alguna. En la misma cuadra, además de los charcos hay dos pozos que, según cuentan los vecinos, tienen más de medio metro de profundidad y los dejó Aguas del Norte luego de arreglar un caño. Al principio solo había sido señalizado con una madera, luego de las quejas pusieron un cartel, y aún sigue sin ser rellenado.
"Aguas del Norte siempre hace eso. Estamos en un estado de abandono total", lamentó Ramón Delgado, quien vive hace más de 30 años en esa cuadra. No se equivoca, la situación puede verse con facilidad, baldíos, alimañas, árboles viejos caídos, charcos enormes de agua. "Vamos a tener que hacer como los de Buenos Aires y asfaltarnos la calle nosotros", bromeó Elo.