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Si bien su puesto no impresiona a simple vista, la labor que está cumpliendo Luciano Benavides es sorprendente. Le tocó debutar en el rally Dakar más duro de todos, con apenas 22 años y con unos meses de navegación. Sin embargo, con perfil muy bajo, sigue su rumbo y hoy está en la puerta de entrada al top 15.
Ayer, en la etapa más complicada hasta el momento, llegó 18° y está decimosexto en la general, justo el día en que la estrella de su equipo, Sam Sunderland, tuvo que abandonar por una caída y posterior lesión. “Fue una etapa muy dura, no veía nada a la moto y al principio, cuando anduvimos por el mar, le entró agua. Me falló pero pude salir. Además, en medio de las dunas encontré a mis compañeros, que estaban todos perdidos. Tuve que parar y seguimos juntos. Atrás, el polvo fue muy duro”, declaró a El Tribuno.
Sobre Sunderland dijo: “No sabía que abandonó. En un momento no lo ví mas y es una lástima, pero ahora hay que seguir”.
Hoy lo espera Arequipa, en el último tramo en el país incaico.