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La historia de Roberto Barrionuevo emocionó a toda la comunidad cuando hace tres años recibía por segunda vez un trasplante de riñón de uno de sus hermanos.
Roberto tiene 41 años, fue trasplantado hace 13 años por primera vez y hace tres recibió el segundo trasplante en su vida. En ambos casos sus hermanos fueron los donantes.
Si bien hoy puede hacer una vida casi normal, no logra que el municipio le asigne una tarea fija y de esa manera cobrar un sueldo digno de acuerdo a la responsabilidad asignada.
El hombre es oriundo de Pichanal y dice que su situación económica es crítica.
Es, además, padre de tres hijos adolescentes, Santiago de 16, Mirco de 10 y Benjamín, que cada treinta días debe viajar a la capital a controles de salud.
La situación de la familia no es sencilla. Roberto es empleado municipal en planta desde agosto de 2005. Desde esa fecha su sueldo es de $3.100, pero no cumple tareas. "Ya expuse mi problema en el Concejo y al intendente Julio Jalit. Necesito que me asignen una tarea para cobrar un sueldo digno, no quiero sentirme un ñoqui, pero nadie me da repuestas y por eso recurro a los medios", expresó angustiado. Flora es docente y sostén económico de la familia, los fines de semana hace empanadas, cosas dulces "o lo que pueda para llevar un peso más a mi casa. Lo que más quiero es trabajar. Tener otra actividad aparte de lo municipal. Lo intenté varias veces, pero no me aceptan. Si digo que tengo que pedir días para mis controles, me dicen que no es posible. Necesito ayuda económica", expresó con tristeza.
Antes del trasplante
Roberto jugaba al fútbol. Se inició en el club Canarios, luego fue a Ferro. Estuvo en inferiores de Racing y en Independiente de Tarija, Bolivia.