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Como todos los 1 de agosto, la ciudad de Salta amaneció cubierta por una gran capa de humo, producto de la tradicional limpieza con hierbas quemadas que marca el inicio de las celebraciones del Día de la Pachamama. Este ritual ancestral, realizado por generaciones de salteños, consiste en purificar los hogares, ahuyentar las malas energías y preparar el espacio para recibir las bendiciones de la Madre Tierra. Desde las primeras horas del día, el aire estuvo impregnado con el aroma de las hierbas, mientras los vecinos de distintos barrios se unían en este simbólico acto.
A pesar de que el fuerte viento zonda comenzó a soplar cerca de las 9 de la mañana, dispersando en parte el intenso humo y mezclándolo con polvo, este no fue motivo para que en cada hogar se realizara la tradicional ceremonia. Las familias salteñas, fieles a sus costumbres, no dejaron pasar la ocasión para honrar a la Pachamama, agradeciendo por los frutos de la tierra y pidiendo por el bienestar de todos. En muchos hogares, las ofrendas de maíz, frutas y hojas de coca se colocaron con devoción, mientras se rezaban plegarias al viento y al sol.
Como cada año, el dron de El Tribuno sobrevoló diferentes zonas de la ciudad, captando imágenes del humo que envolvía los puntos de celebración más visibles. Desde el centro histórico hasta los barrios periféricos, el aire estaba cargado de este significativo