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Se cumplen 14 años de “Tartagal canta a la vida”, el festival que los servidores del santuario, con el apoyo del municipio de Tartagal y los devotos de la Virgen de la Peña, organizan en el paraje Yariguarenda, 13 kilómetros al norte de la ciudad. La comisión interinstitucional que integran diferentes entidades locales organizó toda la logística que demanda el festival que se lleva a cabo en un lugar cada vez más visitado por devotos de la Virgen y también incorporado en el circuito turístico del norte de la provincia por su singular belleza, casi un oasis en medio de las serranías del oeste.
El operativo de seguridad comenzará hoy, en horas de la tarde, cuando el personal de las fuerzas de seguridad se trasladen al santuario y a la ruta nacional 34 desde General Mosconi hacia el norte, tomando en cuenta la gran cantidad de gente que asiste al festival y que circula por ese tramo de la ruta en todo tipo de vehículos, desde bicicletas hasta ómnibus de transporte público.
El desarrollo de la fiesta
El festival en honor a la Virgen se iniciará al mediodía de mañana, una vez finalizados los oficios religiosos en honor a María de la Peña. Durante la misa que se oficia a las 10, la agrupación de los Gauchos de Güemes del paraje Yariguarenda, recientemente conformada celebrará un pacto de fidelidad a la Virgen.
La actividad se trasladará al predio ubicado a metros del templo donde se levanta el escenario para dar inicio al festival; la venta de comidas típicas estará a cargo de los servidores de la Virgen que se ubicarán en los diferentes puestos; otro grupo de servidores se ocupará de organizar el tránsito y es estacionamiento dispuesto para los cientos de vehículos que ingresarán al paraje con motivo del festival que se extenderá hasta las 21.
Durante la semana, personal del municipio trabajó para renovar las luminarias, acondicionar el camino de acceso, mejorar los espacios para el estacionamiento y dejar el óptimas condiciones todo el lugar donde miles de personas se darán cita. Como sucede todos los años, la Policía controlará que ningún particular ingrese bebidas alcohólicas, ya que está totalmente restringida su ingesta dentro del predio del festival.
Casa del peregrino y más...
Con lo recaudado en el festival se proyecta concretar varias obras. El sacerdote franciscano Rubén Sica, director de la casa de retiros espirituales y guardián del santuario, precisó: “Estamos en la última parte de la construcción de dos ermitas, porque hay un pedido permanente de los peregrinos de permanecer en este lugar en una experiencia de oración y hasta ahora no tenemos donde alojarlos”.
Otro de los proyectos es la mejora del sendero de La Peña Santa, el cerro de unos 900 metros de alturas por el que los devotos de la Virgen ascienden prácticamente durante todo el año. “Necesitamos mejorar las escalinatas, darle mayor seguridad en algunos tramos que son empinados y que no sea impedimento para que todos puedan ascender, aún en épocas de lluvia; queremos hacer un par de miradores y mejorar la cima del cerro donde se encuentra emplazada la cruz donde los peregrinos visualizan a la Virgen”, precisó el sacerdote al referirse al destino de los recursos que arroje el festival y las diversas actividades que realizan los servidores del santuario.
Pero el proyecto más ambicioso es la construcción de La Casa del Peregino, que tendrá capacidad para 50 personas y que será destinada a las delegaciones que quieran permanecer en el Santuario Virgen de la Peña en jornadas de oración y reflexión. “Es un proyecto muy grande que estimamos puede llevarnos 5 años, pero sabemos que con la ayuda de todos será una realidad”, expresó Sica.