Que cada salteño reciba una correcta concientización y capacitación para actuar en casos de desastres naturales es el objetivo de un proyecto de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), a través del trabajo de uno de sus becarios que viajó al país oriental para estudiar el caso de una ciudad que sufrió uno de los terremotos más graves de la historia de ese país.
inicia sesión o regístrate.
Que cada salteño reciba una correcta concientización y capacitación para actuar en casos de desastres naturales es el objetivo de un proyecto de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), a través del trabajo de uno de sus becarios que viajó al país oriental para estudiar el caso de una ciudad que sufrió uno de los terremotos más graves de la historia de ese país.
Nicolás Kripper, subsecretario de Prevención y Emergencias de la Municipalidad de Salta, encabeza la iniciativa como exbecario de JICA. En 2014, Kripper visitó Kobe, donde aprendió de la experiencia de esa ciudad para recuperarse luego del sismo de 7,2 grados en la escala de Richter que dejó casi 6.500 muertos en 1995.
"Tienen un conocimiento enorme a través de una comunidad resiliente, con capacidad de adaptarse a la situación y de saber cómo comportarse", explicó Kripper a El Tribuno.
El exbecario de JICA indicó que durante su experiencia junto a otros becarios hicieron "base en Kobe y recorrimos luego las zonas que sufrieron los tsunamis posteriores al sismo. Así conocimos la historia de cientos de pequeños escolares que lograron salvar sus vidas porque había un profesor que les enseñó que lo importante en caso de terremoto era correr hacia lugares altos, como lomadas o cerros, porque después del movimiento sísmico viene el tsunami. Entonces, la gran mayoría de los chicos lo entendió y lograron salvar sus vidas; sin embargo, hubo algunos que corrieron a sus casas y no tuvieron esa suerte. Fue un desastre natural muy grande".
El funcionario explicó que la ciudad aprendió de esta experiencia y que "hoy las comunidades de estas zonas están organizadas, van aprendiendo sobre el tema y asumiendo nuevas responsabilidades según las edades. Por ejemplo -agregó-, sus camiones de bomberos no trasladan el agua, tienen reservorios del líquido no apta para consumo en lugares públicos y ahí conectan sus hidrantes, lo que les permite tener vehículos más pequeños y livianos que llegan más fácilmente a los lugares donde hay siniestros y se conectan a los reservorios de agua previamente dispuestos".
"La idea a partir de estas experiencias de transferencia de conocimientos es traer esas herramientas a la currícula escolar salteña para fortalecer la concientización y capacitación en vez de estar actuando tanto sobre la emergencia", detalló.
Uno de los objetivos del plan es instalar una central meteorológica que tenga datos fidedignos y en tiempo real para poder aplicar un sistema de alerta temprana y, la otra, apuntada netamente a la parte educativa, es encontrar la manera de unificar el trabajo que se hace: "Necesitamos el compromiso legislativo porque la idea es que esta iniciativa sea una ordenanza y que vaya desde el municipio Capital hacia el resto de la provincia", dijo Kripper y agregó que "se necesita una norma que obligue a realizar la capacitación en tiempo escolar y a realizar los simulacros".
Explicó que "es importante todo esto porque de ahí surgen un montón de respuestas, como por ejemplo por qué los hospitales debieran tener bandas refractarias en el piso que conduzcan hacia la salida, al margen de la cartelería", y consideró que "se puede unificar el manual de instrucción a través de la currícula escolar".
El camino hacia a la política pública
Durante la exposición del plan de trabajo para implementar la experiencia obtenida en Japón, Nicolás Kripper, exbecario de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), estuvo acompañado por Ryusei Watanabe, coordinador del Programa de Voluntarios Japoneses de la Agencia, y por Cynthia Natalia Gómez, oficial del Programa del Área de Cooperación Técnica y Préstamo.
Gómez respaldó la propuesta al asegurar que “lo que se busca es compartir experiencias que permitan reforzar las capacidades para hacer frente a cada situación”, y afirmó que para ello “es fundamental tener un instrumento legal que obligue a capacitarse, que sea una política pública, porque tiene que ver con la seguridad de la gente”.
Explicó en este sentido que en Japón la gente recibe este tipo de capacitaciones al menos una vez al año, en todos los ámbitos.
“Hoy no basta con adaptar la infraestructura, la idea es que desde muy temprana edad las personas sepan qué hacer ante un desastre, esta es una zona de muchos sismos y lluvias y es importante que la gente sepa cómo actuar ante cada evento natural”, completó Cynthia Gómez.
Por su parte, Ryusei Watanabe manifestó que “es importante que haya una ley que ordene cómo realizar estos simulacros y sería bueno que no solo sea en las escuelas, sino en todos los ámbitos. No saber nada, a saber un poco o tener nociones, ya hace la diferencia”.