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Exsacerdote asegura que el de Gamboa “es un caso más”

Adrián Vitali abandonó los hábitos para ser padre, en contra del pedido de la Iglesia. Critica el celibato y habla de la presión de las autoridades eclesiásticas para ocultar la paternidad de los curas. 
Sabado, 04 de agosto de 2018 22:53
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La noticia sobre la paternidad del sacerdote salteño Carlos Gamboa sigue teniendo derivaciones a una semana de que su hija -Agustina Gamboa Arias- saliera a denunciar que trató de no reconocerla y sostuvo una actitud de rechazo hacia ella desde que nació. En diálogo con El Tribuno, el exsacerdote Adrián Vitali habló de la presión de la Iglesia para ocultar o alejar a los hijos de los curas.

“Como el papá de Agustina hay un montón. En este caso se supo porque ella habló. Pero hay un montón de hijos que no saben quiénes son sus padres, que son los curas”, lanzó Adrián Vitali, exreligioso de la provincia de Córdoba y hoy padre de dos hijos.

Adrián dejó el sacerdocio a los 30 años, cuando se enamoró de la joven que lo ayudaba con las clases de catequesis en las cárceles de Córdoba y ella quedó embarazada. “Me llamó el cardenal (Raúl) Primatesta y le conté lo que había pasado. Me dijo: ‘pero podés seguir siendo cura’”, recordó. 

Cuenta que la sugerencia de quien fue arzobispo de Córdoba durante más de tres décadas y falleció en 2006, lo dejó “sin entender nada”. “Sentí que me habían verseado toda mi vida”, aseguró, y contó que, durante el seminario, se había esforzado por sostener los votos de castidad.

La sorpresa fue mayor cuando le explicaron la propuesta. “Me ofrecieron cambiarme de lugar y que la Iglesia se haría cargo de la cuota alimentaria del niño, pero con la condición de que no viera a la mamá ni al niño. Ellos iban a hacer un arreglo con la mamá del nene y le iban a depositar en una cuenta bancaria hasta que fuera mayor de edad”, continuó su relato. 

Adrián decidió abandonar el sacerdocio. “Le dije que yo no me animaba a andar por el mundo sabiendo que tenía un hijo y que no podía decirle que yo era el padre”, señaló. Con el polémico caso de Gamboa, le volvieron a la mente los momentos que vivió en aquellos años. “Me hizo acordar mucho. Estoy seguro de que a él le hicieron la misma oferta”, aseguró.

Gamboa reconoció a su hija a los dos años de edad, por orden de un juez. “Supongo que hoy ya han aceptado que reconozcan a los hijos”, analizó.

Celibato

Vitali, que se reconocía como un cura “no burgués”, asegura que el celibato es difícil de sostener, por una cuestión biológica. 

“El celibato no existe. Yo tenía una vez al mes un sueño erótico, porque el cuerpo sigue funcionando. Al otro día me sentía culpable por haber violado en sueños el voto de castidad”, recordó.

“En la práctica, ejercen su sexualidad, de todos modos. Por eso salen casos de abuso, o de homosexualidad. Esto no es ninguna novedad, ni una revelación, es viejo”, advirtió. 

En 2011, junto a otros ex sacerdotes, publicó el libro “Cinco Curas”, que reúne relatos de sacerdotes que decidieron dejar la Iglesia. Esto los acercó a otros exreligiosos. Llegaron a ser más de 60, todos con historias similares. 

El exsacerdote asegura que, al mirar a su hijo, no se arrepiente de su decisión. “Me digo: ‘mirá lo que me hubiera perdido si hubiera aceptado ese pacto de impunidad’. Una institución que tanto habla de la familia y, cuando uno de sus ministros va a ser papá, no le permite ejercer ese derecho ni a él ni al niño”, sostiene. 

“Para capitalizarse”

En 2012, Adrián Vitali logró casarse con la mujer de la que se había enamorado cuando era sacerdote por Iglesia, tras una larga espera para obtener una dispensa del Papa. 

La boda fue una capilla ubicada a unos 90 kilómetros de Córdoba capital. Entonces, su hijo Bruno tenía 14 años y su hijo Renzo, 12.

El exsacerdote fue designado como secretario de Participación Social del municipio de Río Tercero en 2014.

Para el exreligioso, hay un interés económico de las autoridades eclesiásticas que hace que se siga sosteniendo el celibato. “Cuando la Iglesia instala el celibato es para capitalizarse”, explica. 

En el barrio Santa Ana, donde el sacerdote Carlos Gamboa oficia las misas, no se sorprendieron con la noticia de su hija.

El cura desembarcó en la iglesia del sur de Salta capital para reemplazar a otro sacerdote que tenía cinco hijos según contaron en el barrio. 

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