¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
1 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

¿A quién le importa la educación?

Viernes, 25 de octubre de 2019 00:00
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

En el debate presidencial, en dos capítulos, la preocupación común de los seis candidatos en cuanto a educación estuvo centrada en la eficacia del gasto y la importancia de la misma para combatir la pobreza, pero nadie sugirió una propuesta clara al respecto; una idea que vaya más allá de las críticas.

La educación no es un tema protagónico en la agenda de los candidatos tal vez por el agravamiento de los problemas económicos, que son más urgentes.

Escuché frases tales como "Es fundamental la educación para luchar contra la pobreza"; "Estamos frente a la revolución tecnológica y esta tiene impacto en la educación"; "En la educación está el futuro".

Estas aseveraciones, que ellos y muchos más repiten hasta el cansancio, suenan vacías de contenido, aunque sean políticamente correctas y queda bien manifestarlas, pero si miramos la "acción" y los "hechos", cuando tuvieron la oportunidad de hacer algo no lo hicieron; porque los candidatos tienen su historia y siguiendo sus conductas encontramos explicación para situación en que estamos atravesando hoy.

Si hacemos el ejercicio de revisar los resultados de algunas encuestas realizadas por renombradas consultoras de nuestro país en este año con respecto a los temas que preocupan a los argentinos en general, tampoco la educación ocupa un lugar protagónico como ocupan los temas económicos.

El debate

Los diagnósticos en cuanto al origen de los problemas que afectan a la calidad educativa fueron más claros de percibir en el reciente debate; tres de ellos manifestaron claramente su preocupación por el Estatuto Docente vigente (Espert; Del Caño y Gómez Centurión); el gasto ineficaz en política universitaria (Espert; Fernández;); la falta de protagonismo de las escuelas técnicas (Espert y Gómez Centurión); Lavagna propone la centralización de la política educativa, para "terminar con el mosaico de 24 contenidos distintos"; se debería tener un proceso educativo idéntico en todo el país según su perspectiva; entiendo volver a la situación previa a la sanción de la Ley de Transferencia Educativa 24.049/92.

Del Caño manifestó claramente estar en una sintonía parecida cuando dijo que "hay que revertir lo que hizo Menem cuando trasladó la educación a las provincias" ya que el Estado debe hacerse cargo; Espert puso el acento en el arancelamiento de la universidad pública; Fernández no se pronunció por ninguna acción concreta, salvo el pronóstico de que "en la educación está el futuro"; Gómez Centurión en la creación de escuelas técnicas y de oficios y aumentar a 190 los días de clase y finalmente, Macri ya no habló de "revolución educativa" como lo hiciera en el debate anterior, hace 4 años, sino en los resultados de las pruebas Aprender y el incremento de la cobertura de Internet ; asimismo destacó la implementación de robótica e informática en el Jardín de Infantes durante su gestión.

¿Y la calidad educativa?

Las políticas públicas en el área educativa implementadas a nivel nacional y local en los últimos 10 años (como mínimo) demuestran que la preocupación por lo educativo queda en las expresiones de deseo y frases grandilocuentes.

No recuerdo que en el seno del Congreso nuestros políticos hayan debatido apasionadamente temas cruciales relacionados con la mejora de la calidad educativa y el aprendizaje en estos últimos tiempos, salvo cuestiones puntuales como ESI (Educación Sexual Integral) por ejemplo.

Ante esta realidad, ¿podemos afirmar que hay entusiasmo y convicción con respecto al poder de la educación para cambiar la realidad y revertir situaciones de pobreza?

Si hay algo en lo que todos estamos de acuerdo es la importancia de la educación para las personas. Si los niños y jóvenes manejan bien las matemáticas, las ciencias o lengua seguramente podrán encontrar su lugar en el ámbito laboral, en tareas relacionadas con la contabilidad, las ventas, la administración, las humanidades o patentando inventos innovadores o emprendimientos que hagan al desarrollo de una comunidad.

Trabajar en ideas y propuestas que puedan hacer crecer al país y desarrollar la sociedad es una de las tareas de la educación.

­Qué inspirador es pensar que nuestros niños y jóvenes, a través de la educación, podrán ser empresarios, profesionales, técnicos, empleados dignos, y líderes jóvenes que participen en la evolución de las tecnologías y avances de las ciencias en las distintas áreas de conocimiento en beneficio de la comunidad y el desarrollo de nuestro país y nuestra Salta en particular...!

Pero todo esto, y de acuerdo a cómo marchan las cuestiones relacionadas con la política, y en particular, la política educativa, está pareciendo un sueño cada vez más lejano.

En este escenario, la política educativa es la gran incógnita en el siguiente período presidencial. Quien sea el próximo presidente debería priorizar la educación como el motor que impulse nuevamente el crecimiento y desarrollo que nos merecemos.

Este deseo se amplía también a las decisiones que deba tomar nuestro próximo gobernador sobre política educativa. Estoy convencida que a través de políticas acertadas podemos dignificar a las instituciones educativas, a los docentes y a nuestros alumnos si nos proponemos. La acción del Estado es importantísima en este sentido para no acentuar la desigualdad y marginalidad.

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD