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Cuando nos toca escribir el nombre del valle donde se encuentra instalado el departamento de Gral. Güemes, solemos dudar entre Valle de Sianca, Valle de Siancas o Valle de Siamca. La historia de cómo llega ese nombre a referenciar el valle donde reina el Mojotoro, es muy conocida entre la población, mucho más que la correcta forma de escribir su nombre.
Para saber un poco más de sus orígenes y sobre la correcta forma de escribir el nombre con que fue bautizado, el paleontólogo e historiador Gustavo Flores perteneciente al departamento de Investigación de Campo Santo, nos hizo llegar su trabajo investigativo.
Nativos
Los grupos locales integrados por nativos de habla kakán y al igual que los incas conocían el antiguo valle como “de los Xuríes o del Moxotoro”, ambas voces del idioma quechua. La primera hacía alusión a la abundancia del suri o ñandú y la segunda puede traducirse como “correntada de barro o barro nuevo”.
El primer ingreso de foráneos a este valle se produjo en 1564, cuando el extenso Gran Chaco que permanecía como una incógnita plagada de peligros, comenzaba a ser apetecida por los conquistadores. Por aquellos años comienza a aparecer en los documentos el nombre de Juan de Cianca (escrito con C y con N), una persona dedicada a la minería en el Alto Perú, hijo de un oidor de la Real Audiencia.
Juan de Cianca recibió el mandato por parte del virrey del Perú de detener y trasladar a Francisco de Aguirre desde la ciudad de Santiago del Estero por sus incumplimientos de deberes como funcionario público. Para este fin a Cianca le fue dado el cargo de Maestro de Campo.
Una columna partió de Humahuaca y luego de pasar Xuxuy avanzaron por la actual serranía de La Almona buscando un paso natural para transponer la “cordillera” (hoy Sierra del Mojotoro), ingresaron al aún desconocido territorio del Valle del Moxotoro por la Quebrada del Gallinato. Parte de la columna mantuvo una dura contienda con los nativos y resultaron muertos dos de ellos: Juan de Cianca y el soldado Castro Verde.
A partir de entonces todas las crónicas y documentos en que posteriormente se hizo referencia a la zona fue bajo el nombre del primer oficial que terminó sus días en ella.
Aunque su apellido está escrito de varias maneras, en precisa documentación de referencia recientemente hallada figura Juan de Cianca. El Maestro de Campo don Jerónimo González de Alanís dirigió oportunamente una carta al licenciado Castro, fechada en marzo 21 de 1566, en Charcas. En un párrafo dice: “Dentro de cuatro días me partí para hacer una jornada en el valle de Jujuy, porque era extrema el hambre y necesidad que teníamos, y con la misma necesidad caminamos algunos días hasta llegar a una cordillera de monte, adonde por no hallar paso, pensamos perecer de hambre; y habiendo enviado a Juan de Cianca, que llevaba por Maese de Campo, a buscar el camino, y al cabo de seis días volvió, perdida la esperanza de hallar paso; y ansí, por esto y por la gran hambre que teníamos, que no comíamos sino nuestros mismos caballos, me aconsejó y dijo que no había otro remedio sino volvernos al Perú, y a trueque de no hacer esto, determiné de morir o pasar. Y otro día antes de que amaneciese, fui en persona a buscar el paso y no me había apartado media legua del Real, dejando en él a Juan de Cianca, cuando los indios naturales de la tierra dieron en el campo; salió a ellos Juan de Cianca con veinte soldados a pie, y como los indios de maña se retirasen al monte, entró tras de ellos; sucedió que le mataron y a otro soldado llamado Castro Verde, hiriendo a otros seis; sucediera más daño, sino que acerté a venir a tiempo con los que me acudieron socorrí”.
Difícil de corregir
Con este informe en base al valioso documento hallado, Gustavo Flores quiere hacer un aporte a la historia de un valle que hoy se lo conoce como de Sianca, que por estar tan arraigado en la comunidad, será muy difícil que ese error de escritura en el apellido del Maestro de Campo Juan de Cianca sea corregido.
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