Ayer se desarrolló una nueva jornada del juicio por el femicidio de la joven Paola Mariana Álvarez, que tiene en el banquillo de los acusados a Santiago Alfredo Zambrani como principal imputado y a sus padres como partícipes secundarios. Un testigo declaró ante el Tribunal de Juicio que vio a ambos la noche que la chica desapareció.
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Ayer se desarrolló una nueva jornada del juicio por el femicidio de la joven Paola Mariana Álvarez, que tiene en el banquillo de los acusados a Santiago Alfredo Zambrani como principal imputado y a sus padres como partícipes secundarios. Un testigo declaró ante el Tribunal de Juicio que vio a ambos la noche que la chica desapareció.
Durante la jornada declararon tres personas, entre ellas dos amigas de Zambrani, pero no pudieron conocerse detalles de sus dichos porque ambas solicitaron brindar sus testimonios sin la presencia de público. La presidenta del tribunal, Mónica Mukdsi, luego de consultar con los vocales Roberto Lezcano y Norma Vera, con los fiscales Ramiro Ramos Ossorio y Pablo Paz y la defensa, hizo lugar al pedido y ordenó el desalojo de los particulares del Salón de Grandes Juicios de la Ciudad Judicial.
Un cliente del remise de la familia Zambrani contó que el 5 de mayo de 2017, alrededor de las 21, vio a Santiago en inmediaciones del cajero automático que se encuentra en el acceso a la Universidad Nacional de Salta (UNSa). Indicó que el imputado se encontraba en una camioneta color blanca junto a Paola Álvarez, y que ambos estaban consumiendo bebidas alcohólicas.
El testigo precisó que la joven vestía una remera verde. También dijo que Zambrani le comentó que venían de Jujuy y que el imputado parecía estar alcoholizado, aunque no demasiado. El testigo explicó que conocía a Paola Álvarez porque habían sido vecinos en el barrio donde la chica vivía. También manifestó que, a través de comentarios que le habían llegado, tenía conocimiento de que Zambrani vendía sustancias estupefacientes. Aclaró que él no podía probar que esto fuera cierto porque nunca lo vio en esos menesteres.
Los dichos por el testigo le agregaron un nuevo condimento a lo que pudo haber sucedido con la joven de 21 años la noche en que la asesinaron. Por el sitio donde se encontraban, la pareja habría retornado de la provincia de Jujuy por el camino de cornisa de la ruta nacional 9. Fue precisamente en un tramo de ese camino, en un zona de profundos precipicios, cerca del pueblo de La Caldera, donde la policía encontró el cuerpo sin vida de Paola 104 días después de su desaparición.
Si las cosas fueron como lo señaló el testigo es probable que Zambrani haya llevado a Paola de paseo por el lugar con la intención de arrojarla al vacío. Quizás se arrepintió. De la investigación surgió que la víctima fue empastillada, emborrachada y estrangulada en una vivienda de barrio Autódromo. Según la fiscalía, para lograr impunidad, Zambrani trasladó el cuerpo de Paola en la camioneta de su padre hasta la cornisa y lo arrojó al precipicio. Para el acusador público, la maniobra fue ejecutada con la complicidad de sus padres, Amelia Inés Huergo y Alfredo Francisco Zambrani.
El juicio continúa hoy a las 8.30 con la recepción de nuevas pruebas testimoniales. Para mañana jueves está previsto que declaren los efectivos policiales que intervinieron en la etapa de investigación y otros peritos.
Personalidad del acusado
Los psiquiatras que examinaron a Zambrani lo describieron con personalidad psicopática, con rasgos narcisistas, tendencia a la mendacidad, con anestesia emocional y reticente a colaborar .