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La Ufinar, una unidad antinarcóticos del Ministerio Público que trabaja conjuntamente con la Policía de la Provincia, logró desbaratar una aceitada banda de narcotraficantes que traficaban cocaína y pasta base hacia la ciudad de Santiago del Estero.
La característica de la banda es que contaba con una gran cantidad de caminantes, es decir personas que transportaban a pie las mochilas cargadas de cocaína.
Fuentes fidedignas relataron a El Tribuno que la caída de la banda fue fruto de casi un año de escuchas telefónicas hasta que finalmente se dio con una mujer que oficiaba de reclutadora de las personas que iban a llevar sobre sus espaldas la cocaína, por caminos alternativos, rutas provinciales y caminos vecinales.
La mujer estaba bajo libertad condicional, justamente por delitos de narcotráfico.
Trascendió que hubo en total diez personas detenidas, 1,5 millones de pesos secuestrados y más de 30.000 dólares estadounidenses también decomisados por la fuerza provincial.
Además, al menos tres vehículos y motocicletas.
De los catorce allanamientos se secuestraron miles de dosis de cocaína, pero lo más loable es que se pudo sacar de las rutas a una decena de traficantes hormigas, que transportaban cocaína en sus mochilas a través del sistema de posta.
Es decir, cada caminante recorría una cierta distancia donde entregaba la mochila a otro. Este hacía lo mismo en otra posta y luego descansaba el equipo para salir de nuevo a las rutas o caminos cuando el jefe de la operación les indicaba.
Justamente uno de los directivos del clan del narcotráfico se encontraba prófugo y fue detenido horas pasadas cuando reingresó al país, desde la frontera con Bolivia.
Una fuente indicó que la banda había traficado varios cargamentos hacia la ciudad de Santiago del Estero, donde era recibida por los propietarios y se consumaba el negocio.
Desde Aguas Blancas, a pie
Según la fuente, la banda contaba con pasadores profesionales en la zona de Aguas Blancas, departamento Orán.
Una vez en esa ciudad, comenzaba a moverse la mercancía de uno en uno.
Al sortear por las fincas o por los montes la presencia en las rutas de las fuerzas del orden iban ganando kilómetro.
En caminos vecinales usaban motocicletas hasta pasar la zona donde los controles son más seguidos. A partir de allí evadían los controles ya marcados y volvían a la ruta más adelante. Las escuchas telefónicas delataron la ubicación de los mochileros blancos.