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Cinco personas serán juzgadas desde hoy por el homicidio del panadero que en 2017 fue enterrado vivo en Salvador Mazza. El debate comenzará a las 9, en el Salón de Grandes Juicios de la ciudad de Tartagal.
Los imputados son Tomás Parada, Enzo González, Carlos Calvimonte, Ernesto Áleman y Ángela Cuéllar, quienes están acusados del "homicidio agravado por alevosía y el concurso premeditado de más de dos personas" de Luis Alberto Nino (25), delito que prevé la pena de prisión perpetua.
Todo comenzó el 17 de mayo de 2017, cuando Nino, de Salvador Mazza, salió de su casa a la madrugada a repartir el pan del comercio en el que trabajaba. Partió a bordo de un Renault Clío que le proporcionaban los propietarios de la panadería para el reparto.
Al mediodía, la dueña del comercio se comunicó con la familia del joven para avisarles que éste no había regresado y tampoco contestaba su celular, por lo que se radicó una denuncia policial. A partir de allí comenzó una intensa búsqueda que se extendió durante 10 días bajo las directivas del fiscal penal de Salvador Mazza, Armando Cazón.
En la mañana del 27 de mayo de ese año se llevaron a cabo cuatro allanamientos simultáneos, uno de ellos en una finca ubicada en las afueras de Salvador Mazza, en una zona de serranías. Allí, los investigadores hallaron el cuerpo de la víctima, enterrado en un pozo de 1,20 metros de profundidad, y tapado con tierra y cal. La autopsia determinó que murió por asfixia obstructiva en las vías aéreas, por lo que había sido enterrado vivo. Detuvieron al propietario de la finca, Parada, a su pareja y al resto. Las hipótesis indicaban que el crimen fue motivado por un ajuste de cuentas por narcotráfico, sin embargo la familia rechazó ese supuesto.