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El mundial de los santos. Así de simple, así de grande y de nostálgico. Los hinchas de Juventud Antoniana también pasaron el rato con “su mundial” de futbolistas, todos referentes de la casa, cada uno con un pasado de imborrables momentos.
Al igual que los albos, una cuenta partidaria, “Santa Peregrinación” lanzó este juego a modo de campeonato eliminatorio que desafío el sentimiento y el conocimiento de los simpatizantes antonianos. Fue como abrir el cajón de los recuerdos en estos tiempos de encierro, largos y difíciles. Un juego que se puso de moda y que se replicaron en las redes sociales con diferentes temáticas.
Algunos seguidores de Juventud se prendieron y abrazaron un pedazo de la historia del club con los nombres y apellidos que allí figuraron. Los más conocidos e importantes jugadores aparecen en las llaves que arrancan en los 16avos. de final.
Del lado izquierdo, la disputa la inician dos arqueros legendarios: Omar Vargas y José Valdiviezo. Este último se llevó la victoria (mayor cantidad de votos) y fue liquidando a otros apellidos, como el del Buitre Espeche en octavos y el Flaco Lígori en cuartos. En la semifinal venció a Pablo de las Mercedes Cárdenas.
El otro finalista llegó desde el costado derecho. Finalista y campeón: Miguel Velarde. Sí, el Pichi, cuyo recuerdo aún sigue vigente en la mayoría de los antonianos, se impuso en este mundial dejando en el camino a Marcelo Cil, Juan Pablo Cárdenas, al Topo Gómez y al Puma Garnica, otra figura querida. En la final, fue el preferido por sobre Valdiviezo.
Otros duelos desempolvaron viejos tiempos y no tan viejos, y hasta citaron un poco de polémica. Por ejemplo, el Chato Rosas perdió de entrada con el Topo Cil, y “Motoneta” Gómez con el Ratón Ibáñez. Tan discutible, como la victoria de Matías Rinaudo sobre Aniceto Roldán, uno de los protagonistas de los 44 partidos invictos. Esto marca a las claras un choque de generación, una votación liderada por los jóvenes que tienen menos recuerdos o ignoran una parte de la historia de la Lerma y San Luis.
Algunos cruces fueron más parejos y difíciles, como el que Pablo de las Mercedes Cárdena le ganó al “Negro” Laguna, o el de Cristian Contreras a Mauro Laspada, la victoria del Guascha Flores por sobre el Tahuichi Albornoz o el de la “Ardilla” Rivero por encima de Cristian Alfaro. Y hubo otras votaciones cantadas: El Puma Garnica se impuso a Gustavo Balvorín, Raúl Iturrieta a Carlos Bonada y el Buitre Espeche al Beto Acosta.
Además, llamó la atención que Mariano Maino, quien fuera ídolo de los hinchas de Central Norte, apareciera en este mundial y encima supere a Abelardo Iñiguez, un recordado arquero antoniano de los viejos Nacionales de los años 70. Claro, Maino fue uno de los que evitó el descenso del santo en manos del cuervo en 2014 y quizá esto lo haya puesto en carrera.
En duelos de octavos y cuartos de final, “Cri Cri” Contreras vence a Iturrieta, Ligori se impone al Ratón Ibáñez, Garnica liquida a Rinaudo y la Ardilla Rivero a Maino. El Puma incluso avanza hasta la semifinal superando a Rivero y solo pierde con el campeón.
Pero, si bien están la mayoría de los futbolistas más representativos de la historia del santo, también es cierto que faltan algunos nombres que podrían haber estado, un puñado de jugadores de los años 60 y 70, como Pichichu Colque (símbolo por mucho tiempo del mediocampo), Oscar Ochoaizpur (volante), José Artemio Luñiz (delantero y gran cabeceador), Eduardo Kuleza (volante central, de Rosario de la Frontera), Mario Pachao (lateral), el arquero Corvalán y el mediocampista Coya Miranda, Osvaldo Mazo (volante derecho) y Juan Parra Pardo (volante) o el Tucho Caputto.
La intención fue buena. Traer a la memoria tantos nombres y hacer un “crossover” como pasa en las películas.