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27 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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Misterio insondable

Martes, 09 de marzo de 2021 02:18
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El sábado por la mañana, jornada soleada como pocas en estos últimos días de verano, encuentro a una gran amiga, señora mayor y excelente profesional; yo, de corazón y con el pecho erguido le dije "feliz día de la mujer". Lo que siguió después fue una serie interminable de improperios y reclamos, de lo que rescato solamente su fastidio al decir "es otro invento del patriarcado", rechazando todo saludo por su día.

 

Uno de los grandes problemas que enfrentamos en nuestra sociedad actual es el vaciamiento y la alteración de las palabras. "Flatus vocis" decía el padre del Nominalismo, Guillermo de Ockham, vaciando de contenido las palabras, para quien eran puras emisiones de aire y no expresaban la realidad. Su pensamiento fue creando una Torre de Babel al revés de la que conocemos bíblicamente. Esta confusión ha creado una cultura de la sospecha y la desconfianza, sobre todo a la hora de dialogar en situaciones de conflicto y el afán por inventar neologismos que justifiquen las ideas más desbaratadas. La falta de entendimiento, el perder la capacidad de escucha o la mirada objetiva sobre lo que se escribe, genera una barrera difícil de atravesar a la hora de construir la paz social. En muchas cuestiones conflictivas de la sociedad actual se crearon palabras vacías de contenido o con sentido contradictorio para justificar una guerra sin cuartel entre géneros. Y en temas de feminismo algunas palabras cobraron fuerza en la formación de la conciencia social, en slogans y canciones, con parcialidades, rencores o resentimientos. Así surgen slogans que tienden a visibilizar problemas ocultos en la lucha por la dignidad de la mujer que van desde una tímida proclamación de derechos y alusiones a no violencia, hasta las expresiones violentas como "muerte al macho", que es una respuesta al estilo venganza de las históricas agresiones y femicidios. La violencia hacia la mujer tiene muchos patrones culturales que deberían ser analizados antes de declarar la "muerte al macho". Una verdadera guerra contra éste flagelo, que no es nuevo en la historia de la humanidad y que gracias a los medios de comunicación social se hicieron más visibles, requiere aplicar una estrategia que comience en los mismos hogares y pase a la educación formal e informal, a través de todos los foros posibles. Educación que priorice lo humano, y no la confrontación constante a las que nos pretenden llevar grupos radicalizados que ganan en río revuelto. La educación formal de las escuelas, y la no formal de las casas y otras instituciones oficiales y privadas, están bajo la responsabilidad de un alto porcentaje de mujeres. En sus manos estará generar una reconciliación entre los diversos géneros para una convivencia pacífica o generar más caos que fortalezca una inhumana guerra que siembra odio, tristeza y muerte. "Feliz día de la mujer amiga", intento decirle nuevamente. Es un día para tomar conciencia de la importancia de defender su dignidad y cuidar su calidad de vida. Es tarea conjunta del varón y la mujer durante toda la vida, y habrá que seguir sembrando la paz en una sociedad turbulenta. La señora respondió a un nuevo intento de saludo, "siga sembrando la paz, hijito, y apostando al diálogo, por ahí su utopía se hace realidad de puro milagro"

 

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