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4 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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La fuerza femenina encarna en arte a través de “Enmarañadas”

Sus autoras son Susana Torramorell, Adriana Martell, Rosa Gallardo y Ana Laura Reyes. Se la puede visitar durante marzo en los locales 7 y 8 de El Palacio Galerías. 
Martes, 09 de marzo de 2021 20:36
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“Cuando las arañas unen sus telas pueden matar a un león” reza un poema etíope. Y basta una recorrida por la muestra e instalación “Enmarañadas. Mujeres en diálogo”, en El Palacio Galerías (Mitre 37 y Caseros 662, salas 7 y 8) para conectar con la virtud y eficacia natural de las mujeres “araña” para soportar el peso de las circunstancias o resistir todo empuje y responder con vigor, siempre con vigor. 
Cuentan las autoras: Susana Torramorell, Adriana Martell, Rosa Gallardo y Ana Laura Reyes, que este resultado que se presenta ante el espectador surgió de una serie encadenada de hechos. Las artistas plásticas -profesoras, discípulas y amigas unas de otras- se animaron a una conversación profunda sobre sus secretos, tabúes, postergaciones, sueños cumplidos y por realizar, amores y los sustanciaron en pinturas, tejidos, dibujos, intervenciones, esculturas y libros de arte que se completan con la intervención del visitante. Este puede pasar por la exposición durante el Mes de la Mujer, de 8 a 20. 
Podemos imaginar que esta cita a la que se atrevieron, muy alejada de una reunión para acordar contenidos programáticos escolares como en la época cuando compartían trayectos como docentes o de acordar criterios para una presentación artística como colegas, se iba corporizando en un hilo muy tenue, semejando la forma en que la araña segrega las hebras con las que tapiza su vivienda, caza sus presas y se traslada de un sitio a otro.
También el leitmotiv se desprende de las inquietantes y majestuosas esculturas de arañas de la artista francesa Louise Bourgeois (1911-2010), figura imprescindible del arte contemporáneo.
“La araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era tejedora. Mi familia tenía un negocio de restauración de tapices y mi mamá estaba a cargo del taller. Como las arañas, mi mamá era muy ingeniosa. Las arañas son presencias amigables que se alimentan de mosquitos. Todos sabemos que los mosquitos transmiten enfermedades y, por lo tanto, son indeseables. Así, las arañas son útiles y protectoras, tal como mi mamá”, escribió en una reseña sobre su emblemática escultura “Maman” (1999) la propia Bourgeois. Fue precisamente en 2011, en la explanada de la Fundación Proa (CABA) durante la “Exhibición Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido”, que Martell vio en vivo esta escultura. Y quedó atravesada por esta presencia metálica de 9 metros de alto y 10 de ancho, como si se tratara de un tema musical dominante y recurrente hasta que, sin remedio, acabó por engendrar junto a Torramorell, Reyes y Gallardo “Enmarañadas...”.

 

Reyes presenta una serie de esculturas femeninas. 
“Las mujeres somos arañas porque estamos pendientes de los hijos, los esposos, los nietos, la casa, las cosas cotidianas, el trabajo. Sin querer o queriendo estamos con los tentáculos abrazando todo eso al mismo tiempo y por ello nos resulta tan difícil ser libres”, sintetizó Martell. A su lado Reyes coincidió con ella y expresó: “Hablamos sobre la mujer dentro de una sociedad patriarcal, de cómo llevamos la maternidad, el amor, de cómo podemos expresar nuestras emociones a través del arte. La mujer va cubriendo huecos, haciendo de todo un poco y sufriendo de todo un poco, señalada para ser buena a como dé lugar en todos sus roles”. 
Como los discursos injeridos pertenecen a tres generaciones emergió también la extrañeza. 
“Cuando nos juntamos pensamos que iba a ser algo muy ‘colorido’ en sí, pero después surgieron temas muy fuertes”, planteó Reyes. Para Gallardo: “Hemos sido y somos amigas desde hace mucho tiempo atrás, desde un máximo de cuatro a un mínimo de dos décadas, pero nunca habíamos tenido ese acercamiento de contarnos tantas cosas y salieron hasta en tono jocoso muchos secretos que han condicionado nuestras vidas”. 
“Con Rosa habíamos trabajado juntas 25 años en la Normal, 40 años en el Bellas Artes y me quedó una imagen de cuando ella estaba embarazada y yo la vi con el cabello muy largo y flaquita... aunque a punto de parir una hija que hoy tiene 43 años”, detalló Martell, posándole a Gallardo una mirada humedecida por el recuerdo capturado hasta hoy y encontrando el feedback de su receptora, que le dedicó una cálida sonrisa. 
“La vida pasa rápido y hay que vivirla bien. ¡Tantos años de docencia y se pasaron tan rápido! Ahora que las tres estamos jubiladas (salvo Reyes) estamos libres para dedicarnos al arte”, completó Martell, premiada por las risas de sus colegas.

Martell sobresale con sus libros de autor. 
 

La fuerza de esta unión también las hizo atravesar la pandemia muy entretenidas. “En ningún momento hemos sentido el encierro o nos hemos deprimido porque nos hemos dedicado a crear, crear y crear”, señaló Martell, quien recibía en su taller a varias colegas, salvo Torramorell, que es salteña pero reside desde los años 80 en Mar del Plata. Este espacio se constituyó en usina para elaborar obras e inscribirse en concursos y salones nacionales e internacionales a los que se presentaron al amparo de la virtualidad. 
Se disciplinaron de una manera inusitada. “Íbamos a la escuelita”, definió Gallardo, con picardía. 
“Soy antitecnología y no me puedo aggiornar aún, pero me sentí muy acompañada por todas cuando llevaba mis obras y les tomábamos fotos y me ayudaban a realizar mi inscripción”, añadió. 

Cuatro miradas

Torramorell, pionera en la enseñanza de la cerámica en Salta.

En “Enmarañadas...” las protagonistas son ellas en la hechura y contenido de cada obra. Cada una se puso el propósito de reflejar a las otras en diversos soportes. 
Martell, por ejemplo, se dedicó a sí misma y de sus colegas un libro de autor, definido por José Emilio Antón, “como un lienzo para el pintor o la piedra o el bronce para el escultor, con unas características que hacen de él un medio con posibilidades mucho más amplias”. Así, buscó captar lo esencial de la historia de vida de cada una. Además, hizo homenajes a los artistas Carlos Alonso, Frida Kahlo y Lola Mora. 
También dibujos sobre desnudos femeninos, un lugar que transitaron las cuatro. “El cuerpo de la mujer se trabaja más en el arte, y te dicen que esto ocurre porque su cuerpo es más estético, cuando en realidad sucede porque la mirada sigue siendo patriarcal”, definió Reyes. 
Las tres coincidieron en que en su ámbito se rompe la mirada publicitaria sobre el “permiso” que tiene un cuerpo femenino con líneas “no canónicas” para transformarse en arte. “En el arte se evalúa la plasticidad y esto es transmitir tu sentir a través de tu cuerpo y llegar con esta emoción al artista y que él pueda plasmar eso”, especificó Reyes. “Cuando era estudiante la mejor modelo de desnudos, la que mejor hacía las posturas, era una señora de más de 50 años, por su plasticidad”, comentó Gallardo. Para esta inversión de la mirada sobre la belleza debe prepararse el espectador. 

Gallardo retrató a sus colegas atravesadas por su arte. 

Gallardo trajo a “Enmarañadas...” dibujos y pinturas, en los que buscó representar cómo siente a sus colegas en sus diversos matices y roles. “Es cómo las veo yo, tal vez ellas no se encuentran ni parecidas, porque están atravesadas por su forma de hacer arte”, dijo. 
Por último, y por ello es una muestra que el visitante puede intervenir, en un tramo del recorrido un baúl invita a escribir en papel y guardar un gran secreto que uno tenga, del que este receptáculo se volverá custodio. Tal vez así podamos paladear el significado profundo de esta frase de Louise Bourgeois: “Un artista es capaz de mostrar cosas que a otros les aterraría expresar”.

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