inicia sesión o regístrate.
Ayer por la mañana el hospital de Cafayate amaneció con globos negros en señal de luto. El pueblo está conmocionado por la muerte de Norma Montañez, una técnica de laboratorio que luego de denunciar a su jefe, el médico Aníbal Baeza, murió a raíz de un pico de glucemia. Aseguran que su diabetes, sumado a los días tensos que atravesó y que culminaron con una reunión interna entre denuciante y denunciado, le provocaron el pico de estrés que repercutió mortalmente en su salud.
El caso ya originó reuniones dentro de la cartera sanitaria, ya que se plantean denuncias previas por maltrato dentro de ese noscomio, no solo a los profesionales sino también a los pacientes, ante la inacción de su gerente Carlos Vargas, contra quien también apuntan las denuncias.
Norma tenía 51 años, era técnica de laboratorio y oriunda de Cafayate. Vivió un tiempo en Tucumán, donde cursó parte de sus estudios que luego debió abandonar por falta de recursos, y finalmente pudo retomar para obtener su título. Era delegada de ATSA, en ese rol intentó hablar con el doctor Baeza por las renuncias de un grupo de enfermeros, situación que terminó en una denuncia.
A principios de mes recurrió a su abogado de confianza, con quiéen compartió parte de su vida universitaria. "Me contó que quería denunciarlo porque le dijo "gente de m...' y otras barbaridades a ella y a la gente que la acompañaba. Le dije que hiciera la denuncia por violencia de género y que hiciera una nota a la gerencia del hospital", contó el abogado Cesáreo Pastrana. Además de asesorarla legalmente, Pastrana le advirtió a Norma que no era la primera en llegar a su oficina por este tema: "Le conté que Baeza ya tenía problemas de violencia de género y laboral. Otra médica del hospital, la doctora Royano, también lo denunció y la jueza Toranzo dictó prohibición de acercamiento. También vino a verme una enfermera que no lo denunció en la Justicia, pero sí en el hospital". Según las denuncias, Baeza, médico de Buenos Aires, acostumbraba a referirse a pacientes y colegas como "gente de m..." y "negros de m...".
Como respuesta a la nota de Norma, el viernes 11, el gerente del hospital, Carlos Vargas, llamó a una reunión a la que asistieron trabajadores del hospital, la denunciante y el denunciado. "Solo los separaba una mesa" recordó Pastrana, que acompañó a su defendida. Al conocerse la denuncia comenzó el "careo" entre las partes. "Baeza negó los insultos y Norma pedía que vieran las cámaras de seguridad, porque decía que todo había quedado grabado", indicó el abogado. Los profesionales presentes en la reunión actuaban de público hasta que finalmente el médico reconoció haber proferido los insultos. "Dijo que no se los había dicho a ellos, pero eran los únicos presentes", relató el abogado.
Al finalizar la reunión el gerente Vargas indicó que continuaría el proceso con el acta del encuentro. Norma acompañó a su abogado hasta el estacionamiento del hospital. "Me dijo: me siento mal porque yo no puedo renegar, soy diabética y se me puede subir la glucemia. Me siento mal pero tampoco puedo dejar pasar esto, que me traten así. Me acompañó hasta mi auto y fue la última vez que la vi", rememoró Pastrana. Al otro día de la reunión Norma fue trasladada en código rojo hacia Salta y falleció el lunes pasado.
Marcela Rodríguez, delegada de ATE, aseguró que la muerte de su compañera es un "caro ejemplo" del mal manejo gerencial que hubo con el médico Baeza, que había sido denunciado reiteradamente.
La Justicia había dictado dos medidas
La denuncia previa de la doctora Teresa Royano y la orden emanada por la Justicia al respecto hoy se mira como un antecedente del mal manejo de la situación por parte del gerente Vargas.
Aquella denuncia de Royano fue el disparador para que los trabajadores del hospital hicieran visible otras situaciones involucrando al propio gerente, quien lejos de actuar como un mediador y diluyente del conflicto entre Baeza y la médica Royano redactó un comunicado en defensa del primero y lo difundió por medios y redes sociales.
Por ello la jueza Toranzos volvió a fallar en protección a la médica, prohibiendo a ambos mencionarla o exponerla.